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7 de noviembre de 2016



Algunas crónicas cuentan que Oscar Wilde estaba convencido de que, en un gran número de ocasiones, la gente no escuchaba cuando se les hablaba, por lo que para demostrarlo explicaba a sus conocidos la anécdota que le ocurrió el día que tuvo que asistir a una importante fiesta a la que llegó tarde.
Para justificar su tardanza ante la anfitriona, Wilde puso como excusa que se había demorado debido a que ‘había tenido que enterrar a una tía suya a la que acababa de matar’.
La dama sin inmutarse contestó al escritor irlandés:

«No se preocupe usted. Lo importante es que haya venido»

3 comentarios:

Ana Bohemia dijo...

Lo quiero poner en duda... pero seguro que la anécdota es real.
:D

Montse dijo...

Estoy totalmente de acuerdo con el gran Oscar Wilde, la gente no escucha con atención, sólo escucha superficialmente, la anécdota que explica es un ejemple excelente ¡y tiene mucha gracia que no dieran cuenta de que acababa de matar a su tía, jeje!
Un buen rato me has hecho pasar con ese humor irónico :)
Besitos.

Anónimo dijo...

¡De gran inteligencia e ingenio, Oscar Wilde!! Lo admiro mucho, y desde luego con esta divertidísima anécdota no nos queda duda de que miramos mucho más nuestro propio ombligo...
Es una pena, porque escuchando se aprende mucho...
Un post muy bueno para hacernos tomar consciencia.
Muchas gracias, Raque. Eres muy divertida y nos «sacudes» la mente.
Abrazos:
Carol

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