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1 de agosto de 2016

10 Curiosidades sobre el Titanic

#1  La banda del Titanic
Durante el hundimiento los ocho miembros de la banda se situaron en el salón de primera clase en un intento por hacer que los pasajeros no perdieran la calma ni la esperanza. La banda no dejó de tocar incluso cuando ya era seguro que el buque se hundiría. Ninguno de los integrantes de la banda sobrevivió al naufragio, y desde entonces ha habido mucha especulación respecto a cuál fue la última melodía que interpretaron. Algunos testigos dicen que la última canción fue el himno "Nearer, my God, to Thee" (Cerca de Ti, mi Señor).

#2 El poco tacto de la White Star
El cuerpo de Wallace Hartley, quién dirigía a la famosa banda de músicos que no dejó de tocar hasta el último minuto fue recuperado y enterrado como un héroe en su país Inglaterra, sin embargo, la compañía White Star Line cobró a su familia por la pérdida de su uniforme.

#3 En cuestión de horas
Sólo 30 segundos fue el tiempo que pasó entre el avistamiento del iceberg y el primer impacto. Tras esto, la tripulación tardó nada menos que 60 minutos en lanzar al mar el primer bote salvavidas. El tiempo total  que pasó entre la colisión y el hundimiento en las gélidas aguas del atlántico norte (que se encontraban a -2ºC) fue de dos horas y 40 minutos.

#4 La momia del Titanic
Una de las leyendas urbanas más extendidas es que en las bodegas del Titanic viajaba la momia egipcia Amon-Ra; una princesa que vivió 1.500 años antes de Cristo. Este hecho, y la supuesta maldición  que arrastraba, fue la causante de que el buque naufragara. Su sarcófago, descubierto en Luxor en la década de 1890, había traído la desgracia a todos los que entraron en contacto con él. Uno de ellos se adentró caminando en el desierto y desapareció; otro sufrió un disparo accidental de un sirviente; tres miembros de la familia inglesa que la compró fueron víctimas de un accidente de tráfico y su casa ardió; se expuso en el Museo Británico, donde siguió sembrando el pánico y el mal entre trabajadores y visitantes… Ningún museo quería la momia maldita. Hasta que se puso a la venta. La compró un particular y consultó con la ocultista Helena Blavatsky, quien le animó a deshacerse de ella porque contenía la esencia del mal. Al final, fue adquirida por un arqueólogo estadounidense que embarcó con ella en el Titanic: momia y propietario acabaron el 14 de abril de 1912 en el fondo del Atlántico Norte con otras 1.516 personas.
Lo cierto es que todo esto se trata de una invención. No consta que ninguna momia viajara en el trasatlántico. La leyenda fue una creación de William Stead, periodista y espiritista, y Douglas Murray, que fue difundida por la prensa sensacionalista de aquella época.

#5 Destino postergado
Alfred Gwynne Vanderbilt I. era miembro de una rica familia de empresarios americanos conocidos por su filantropía. Él y su esposa tenían billetes para el viaje inaugural del Titanic pero el día 9 de abril, antes de que partiera, cambió de opinión repentinamente. Un miembro de su familia había tenido una corazonada y se opuso rotundamente a que subieran al buque.
Uno de los empleados de Alfred Gwynne Vanderbilt I, sí se embarcó como pasajero, en la segunda clase, y murió cuando se hundió el Titanic.
El millonario americano se salvó de la muerte en el Titanic, pero su destino lo llevaría a una muerte a bordo del RMS Lusitania. En 1915 un submarino alemán provocó una explosión que hundió el barco. La explosión no lo mató pero en el agua decidió  entregar su chaleco salvavidas a una mujer que cargaba a su hijo en brazos. Varias personas fueron testigos de su última y generosa acción.



#6  Luces en el horizonte. Primera teoría
Algunos de los botes salvavidas que estaban en el agua aseguran que vieron unas luces en el horizonte que relacionaron con un navío, por ello remaron hacia ellas rápidamente. Pero entonces, e igual de rápido que habían surgido, desaparecieron  sin rastro. Durante muchos años este fue un misterio sin resolver, hasta que hace unos años se supo que aquellas luces pertenecían a  un ballenero finlandés que transportaba pieles de foca de manera ilegal desde el norte de Canadá. Éstos, sospechando que las bengalas blancas que emitía el Titanic eran de los guardacostas estadounidenses,  huyeron.
En 1962, el Capitán del ballenero Henrik Naess confesó la verdad en el umbral de la muerte. A pesar de ello, el enigma no se considera resuelto.

#7 Luces en el horizonte. Noche estrellada. Segunda teoría
Meteorológicamente hablando, la noche del hundimiento fue perfecta. Sin brumas, viento ni olas. En el cielo podían verse cientos de estrellas. Aquel cielo impecable jugó una mala pasada al capitán del Titanic. Sobre las 0:50 el capitán Smith observó una luz anaranjada justo sobre el horizonte que confundió con un barco salvador.  No era un buque sino el resplandor del planeta Marte a punto de ocultarse; unas luces en el horizonte que muchos de los supervivientes de los botes confundieron, igual que le había pasado a Smith, con las luces de un barco.
En la actualidad sabemos, gracias a la ayuda de softwares astronómicos, qué pasó aquella madrugada en el cielo del atlántico norte. Y se ha confirmado  la confusión de Smith con Marte,  y así mismo se ha desvelado otro caso singular; diez minutos después del hundimiento del Titanic, a las 2.30 de la madrugada, la estrella Capella  (una de las más brillantes del cielo) rozaba el horizonte del nor-noroeste. Un farol de luz amarilla que, probablemente, despertó falsas esperanzas en medio del terror y la desesperación a los que esperaban ser rescatados.

#8 El Titanic contactó con Tenerife
Uno de los adelantos técnicos con los que contaba el Titanic era una antena de radiotelegrafía que permitía al barco contactar con puntos ubicados al otro lado del océano.  En una prueba realizada días antes de la tragedia, desde la sala de radio del transatlántico, se envió un mensaje que fue respondido por la estación costera de Tenerife, a 3.700 kilómetros de distancia.
Los radiotelegrafistas  Jack Phillips y Harold Bride decidieron probar el transmisor Marconi a plena potencia. En condiciones normales el transmisor garantizaba un alcance de unos 450 kilómetros, pero a toda su capacidad podía superar miles de kilómetros. Gracias a la antena de 35 metros situada entre los mástiles contactaron con la estación costera de Tenerife, situada a unos 3.700 kilómetros, y que se encontraba en fase de pruebas. Ubicado en Santa Cruz de Tenerife, este centro telegráfico acababa de ser instalado por la empresa Marconi y disponía de cuatro colosales torres de 75 metros de altura, enclavadas en lo que hoy se conoce como el barrio de las Cuatro Torres. Una segunda llamada llegaría hasta Port Said, a unos 5.500 kilómetros.

#9 Los radiotelegrafistas del Titanic
Jack Phillips y Harold Bride, los radiotelegrafistas del Titanic, estaban a cargo de la sala Marconi del barco, desde donde se enviaban y recibían mensajes tanto de otros barcos como entre el continente y los pasajeros, sobre todo los de primera clase, que deseaban enviar mensajes constantemente a sus familiares para hacerles saber que se encontraban bien.
El día anterior al hundimiento, el telégrafo de la sala Marconi dejó de funcionar y tuvo que ser desmontado por ambos radiotelegrafistas, lo que hizo que los mensajes de los pasajeros se acumularan en la sala. El 14 de abril, Jack Phillips estaba muy ocupado enviando mensajes pendientes, malhumorado por el trabajo acumulado. Pasadas las 21:30 Jack recibió una alerta de hielo por el Mesaba (un barco de vapor) en el que le informaban sobre la presencia de icebergs en su ruta, pero Phillips omitió los envíos del Mesaba para continuar enviando los mensajes personales de los pasajeros a Cape Race. El operador del Mesaba insistió hasta que Phillips recibió el importante mensaje, el cual nunca fue entregado en el puente por alguna razón desconocida.
Jack fue de nuevo interrumpido alrededor de las 23:00 por otro barco, el SS Californian. Cyril Evans, el único radiotelegrafista a bordo del Californian, enviaba mensajes al Titanic advirtiéndoles de la presencia de hielo, informándoles de que ellos habían tenido que detener el barco por ese motivo. Pero Jack estaba estresado por  la gran cantidad de trabajo y respondió bastante alterado: “¡Cállese, cállese, cállese, intento trabajar con Cape Race!”. Cyril Evans no perdió la paciencia  y esperó un rato la respuesta de Jack Phillips pero sobre las 23:30 apagó el equipo del barco y se fue a dormir.
Sólo 10 minutos después de que el radiotelegrafista del Californian apagara su equipo se produjo la colisión.  Harold Bride, que debía reemplazar a Jack Phillips a medianoche, despertó en su camarote y acudió a la sala Marconi, donde  Jack le informó de lo sucedido. Inmediatamente después el Capitán Smith entraba en la sala de telecomunicaciones  ordenándole a Jack que enviara un CQD (siglas en inglés que significan "Come Quickly, Distress, “vengan rápido, problemas”) antigua alarma de socorro, a todos los barcos próximos al Titanic.
Pasada la medianoche y muy nervioso, el Capitán les insiste en la importancia de enviar señales de socorro a todos los barcos posibles. Se ordena enviar señales de S.O.S., la nueva llamada de socorro.
A pesar de que los radiotelegrafistas se comunicaron aquella noche con 5 barcos nada se pudo hacer.  El RMS Carpathia, se encontraba a 58 millas, pero  cuando consiguió llegar al lugar era demasiado tarde.
Jack envió incansablemente llamadas de auxilio hasta que el equipo se descargó, a pesar de que el capitán les había ordenado dejar sus puestos para salvar sus vidas.
Harold Bride consiguió subir a un bote y fue rescatado. Jack Phillips logró subir al bote desplegable B, sin embargo, no aguantó el frío de la noche y murió de hipotermia antes de que el Carpathia llegara al lugar del suceso.
Después del hundimiento, Harold Bride aseguró que Jack Phillips debía ser recordado como un héroe británico, que teniendo la posibilidad de salvar su vida, se mantuvo enviando mensajes de socorro a todos los barcos posibles hasta que el dinamo del equipo Marconi del Titanic se apagó para siempre.

#9 Simulacro de accidente
Un día antes de zarpar se tenía previsto un simulacro y se había citado a los pasajeros. Sin embargo éste fue cancelado de último momento tras decidir entre la tripulación y los empresarios que esto solo les traería mala suerte y mala publicidad para sus futuros viajes.

#10 El chef del Titanic
El Titanic era un barco para la fiesta, el lujo y el exceso y las 15.000 botellas de champán, las 1.500 de vino o las 20.000 de cerveza dan testimonio de ello. Además, existía una gran variedad de salas para beber y fumar. En ese entorno se ubica a Charles Joughin, chef del Titanic, que declaró haber sobrevivido gracias a la cantidad de whisky que había ingerido y que le había mantenido con calor en las heladas aguas del Atlántico. Durante el hundimiento del barco, Joughin y otros chefs fueron los encargados de llevar comida y otras vituallas a los botes salvavidas. Pero tuvo otro papel destacado ayudando en cubierta a la gente a subir a los botes, rechazando él mismo a subir a uno de ellos.
Cuando el barco estaba casi hundido, Joughin se arrojó al agua y a pesar de las aguas gélidas aguantó tres horas hasta que finalmente fue rescatado.



Fuentes:
Wikipedia
abc.es
laproadeltitanic.blogspot.com.es
kerchak.com
lavanguardia.com
supercurioso.com
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