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5 de enero de 2015

Fury. Sangrienta, sucia y deprimente


Sinopsis: Abril, 1945. Mientras los Aliados inician su ofensiva final en el frente europeo, un aguerrido sargento de artillería llamado Wardaddy (Brad Pitt) se encuentra al mando de un tanque Sherman y de los cinco hombres que componen su dotación, en una misión mortal detrás de las líneas enemigas. Superados en número y en armamento, y con un soldado novato metido en sus filas, Wardaddy y sus hombres lo tendrán todo en contra en su heroico intento de lanzar un ataque en pleno corazón de la Alemania Nazi.





Que la segunda guerra mundial fue un período sangriento, oscuro y vergonzoso de nuestra historia más reciente lo sabemos todos. Infinidad de películas han abordado el tema desde cientos de perspectivas, mostrando los sucesos que definieron esta etapa, algunas desde ópticas más amables y esperanzadoras que otras. Desde luego no es el caso de Fury, aquí llamada Corazones de acero.
La película  es un espectáculo de sangre, vísceras y muerte de dos horas y cuarto de duración, en la que no hay espacio para los buenos sentimientos. No hay nada amable, nada que redima a los cinco personajes centrales de esta historia que, para ser honestos, flojea, sobre todo en el último tramo.



Porque lo más torpe de Fury es su guión. No está a la altura del reparto, ambientación y fotografía. Si bien es cierto que se nota el esfuerzo por hacer un producto sólido y de calidad, que lamentablemente acaba desluciéndose por culpa del inconcebible clímax final.
Aunque cuente con un ritmo ágil, tras la niebla, el barro, la inmundicia, los cadáveres, el gris azulado y gélido del paisaje, y toda la crudeza que se muestra, se echa de menos algo que dé más entidad a todo eso. Algo más que gris. Algo más que horror.
Brad Pitt, quizás porque su imponente físico se presta a ello, hace lo que mejor se le da. Ser el héroe de la función. El alma. La voz. Un líder nato que tras su rudeza y apariencia fría, sufre. Él y el personaje interpretado por Logan Lerman, desempeñando el rol de jovencito inexperto que aún no ha sido corrompido por la barbarie de la guerra, son los más cercanos, y los que nos ofrecen hacia la mitad de la película un breve respiro entre tanta atrocidad con la tensa escena del piso y las alemanas. Un intervalo necesario que personalmente agradecí.



El resto del reparto, Shia LaBeouf, Michael Peña y Jon Bernthal, están correctos, incluso contando con escasas líneas de guión, como (quién me lo iba a decir, con lo poco que me gusta) Shia LaBeouf.
A medida que han ido pasando los días, la pude ver el primer día del año, mejor concepto tengo de ella, aunque no soy amante del cine bélico.
Su extensa duración no ha sido un obstáculo en esta ocasión,  no da lugar al aburrimiento.
Algo que también creo destacable, por lo mucho que choca inicialmente,  son los efectos especiales que parecen sacados de alguna película de Star Wars. No sé qué objeto tenía hacerlo así, con rayos de colores y disparos luminosos como fuegos artificiales, pero te saca de la película.




En fin, Fury, o Corazones de acero, suscita unas cuantas emociones, repulsión y horror, son las más destacadas, pero también logra un continuo sentimiento de tensión y claustrofobia. Te encoge el corazón, pero no consigue hacernos sentir próximos a sus protagonistas. La película es una épica sombría e indiferente que no aporta más que una mirada gélida y excesivamente cruda sobre uno de los conflictos más negros del siglo XX.

2 comentarios:

Ana Bohemia dijo...

Una película pasable, por supuesto tiene que retratar ese lado oscuro de la guerra en las personas y los sentimientos, esa crudeza de convertirte en una máquina con un corazón de piedra que tiene un objetivo: matar antes de que te maten.
En la pelí destaca el papel del chico joven, me gustó mucho su interpretación y lo mismo con Brat. No entendí bien porque se enfrentaron solos a todos aquellos alemanes ni que objeto tenía pero en fin, y lo mismo con esos disparos verdes y rojos a lo Star Wars. En definitiva no es mala pero bastante gore, eso sí.
;)

Raquel dijo...

El final es bastante suicida, y en realidad no tiene mucho sentido, pero me imagino que de lo contrario no habría película.
El chico joven hace buen papel, al menos refleja muy bien como llega a corromper presenciar tantas barbaridades.
La verdad es que la película no es mala en absoluto, pero tiene fallitos.
Un beso :)

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