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16 de mayo de 2014

Snowpiercer (Rompenieves)

Un fallido experimento para solucionar el problema del calentamiento global casi acabó destruyendo la vida sobre la Tierra. Los únicos supervivientes fueron los pasajeros del Snowpiercer, un tren que recorre el mundo impulsado por un motor de movimiento eterno.

Me gusta acercarme a una película sin saber nada de ella. Es una experiencia distinta, emocionante, también arriesgada pero recomendable de vez en cuando.  La sorpresa puede ser agradable o todo lo contrario pero ese riesgo no está mal si uno decide correrlo voluntariamente. En este caso la sensación fue… regular.
“Snowpiercer” entra dentro del género de la ciencia ficción, específicamente pertenece a eso que se llama cine distópico, que es ese cine que, en líneas generales,  nos muestra que el futuro siempre será un lugar bastante peor que el presente, consecuencia inevitable de los excesos de nuestra sociedad.
El caso es que en “Snowpiercer”  el mundo se ha congelado y las pocas personas que han sobrevivido (1000 en total) recorren las ruinas del planeta sobre un tren impulsado por la única energía disponible, el quimérico movimiento perpetuo, en un viaje aparentemente sin fin. Un tren, donde los poderosos van en los vagones delanteros, la primera clase,  y los pobres en la cola, hacinados como basura, tratados como desechos sociales, sometidos y pisoteados. Una selección natural determinada por el precio del billete. Una separación infranqueable e inamovible la de este tren que nos recuerda que todas las sociedades, y con más motivo las post apocalípticas, tienden a cimentarse en la opresión de los más débiles.
Poco más se puede contar sobre la trama sin desvelar más de la cuenta. Sólo que se basa en un comic, “Le Trasperceneige“, escrito por Jean-Marc Rochette y Jacques Loeb en los años 80.


Con estos ingredientes, sabrosos a primera vista (aislamiento, sociedad jerarquizada, sentimiento de impotencia, deseo de rebelión…) se cocina una película con un contenido altamente violento, bien aderezada en crítica política y social. Su director es el coreano Bong Joon-ho, pero el reparto de la cinta es prácticamente occidental, excluyendo a Song Kang-ho, actor fetiche del director. Por cierto que en Corea del Sur la cinta está siendo un éxito arrollador. Como curiosidad, “Snowpiercer” es la producción más cara del cine surcoreano, para realizarla se invirtieron un total de 40 millones de dólares.
El reparto de la película está formado por Tilda Swinton, Ed Harris, Chris Evans, Jamie Bell, Octavia Spencer y John Hurt.  Pero de todos ellos destacan por si mismos Tilda Swinson, quien se lleva las mejores líneas del guión, y John Hurt, actor portentoso y  carismático donde los haya. No esta mal tampoco Chris Evans,  el protagonista principal (increíble que sea el mismo actor-seta de Capitán América). 
Lo que ocurre es que todo tiende a ser bastante previsible, unido a que la película se vuelve bastante oscura en algunos tramos e inverosímil en otros, y que deja muchos cabos sueltos (pero muchos), y muchas (pero muchas) preguntas sin responder. En contrapartida su estética influenciada directamente del cómic es un plus.
No puedo decir que me haya gustado especialmente. Le he dado vueltas, pero no porque me haya impactado significativamente sino más bien porque se me acumulan un “alud” de cuestiones relacionadas con la vida en el tren y la trama que no quedan bien atadas… 5,6


4 de mayo de 2014

Extra Cine XLVIII



Enemy

Un profesor que vive una vida apacible junto a su esposa, descubre que existe un actor idéntico a él. A partir de ese momento la búsqueda de ese individuo se convierte en su obsesión, lo que conllevará unas consecuencias inesperadas.

Película rara. Película incómoda y opresiva, como un lazo que se anuda al cuello  y se cierra poco a poco. Una película marcada por una atmósfera irreal, en tonos neutros y apagados. Una película que nos muestra un personaje que siente la claustrofobia de una vida con pocos alicientes, que la respira y la inhala, y que además la contagia. Una banda sonora cargante, que perfora, que pone de mal humor, que te revuelve y te hace encogerte en tu asiento. Una historia en la que hábilmente, o no tanto, dependiendo del gusto personal, todo queda en el aire, para que seamos nosotros, confusos espectadores, quienes le demos forma a este caos donde el aire pesa, los sueños parecen lo único real, y se pueden  ser dos personas en una.
No me gustó demasiado. Pasé miedo y me acompañó todo el rato un cosquilleo extraño en la nuca, una mezcla de desazón y disgusto, un mirar ansioso al reloj calculando la hora en que debía terminar la película, un efecto de mareo anclado a las tripas, como cuando tienes una pesadilla y quieres despertar. Ese instante antes de despertar. No por la historia en si, sino por esa atmósfera, por las imágenes perturbadoras que deja caer magistralmente y que quedan insertadas en algún punto del córtex cerebral; por lo bien que Jake Gyllenhaal consigue hacer reconocibles a simple vista a dos personajes con un mismo rostro, el suyo. Una dualidad magistralmente interpretada por este prometedor actor. Pero sobre todo por la confusión que genera esta historia en el inicio y sobre todo en el desenlace que es tan chocante que se te queda la nariz chafada y la cara amoratada. Un final que te para en seco, sin duda, como un derechazo que te rompe el tabique de la nariz.
Dicho esto en ti recae, querido lector, el verla o no. Si eres de los que resiste este tipo de cine, aparentemente sin pies ni cabeza,  como un puzzle que has de armar a oscuras, adelante, la disfrutaras después de visionada que es cuando realmente  empiezan a funcionar las cintas de este estilo. Pero si eres de los que prefieren ver otro tipo de historias, más amables y menos inquietantes, es mejor que pases completamente, acabaras con dolor de cabeza y con la impresión de que te han timado. 5,7



Need for speed

“Need for speed”, basada en la franquicia de videojuegos de carreras, cuenta la historia de Tobey Marshall, un mecánico que pilota muscle cars (coches clásicos de gran cilindrada) en un circuito de carreras ilegal callejero. Necesitado de medios para mantener a flote su taller familiar, acepta a regañadientes asociarse con el adinerado y arrogante ex piloto de NASCAR, Dino Brewster. Pero justo cuando está a punto de salvar su taller mediante un gran trato con la vendedora de automóviles Julia Bonet, una desastrosa carrera permite a Dino meter a Tobey en la cárcel por un crimen que no ha cometido, lo que deja a Brewster libre para ampliar sus negocios hacia el oeste. Dos años más tarde, Tobey sale de la prisión dispuesto a vengarse.

Hay dos tipos de personajes en “Need for speed”.  Personajes gilipollas,  y personajes cabrones. Lo siento por ser tan franca, pero cuando la veas, si la ves, seguro que acabas dándome la razón. Para empezar los gilipollas son retratados básicamente como “buenazos de buen corazón con pinta de faltarles unos hervores”. Los cabrones como “seres malvados y patéticos que venderían a su madre por una pepsi”. Los gilipollas y los cabrones tienen una pasión común, la velocidad y las carreras ilegales, y no se les ocurre nada mejor que dar rienda suelta a esa pasión en las calles de cualquier ciudad que se le ponga por delante, sin cinturones de seguridad y poniendo en riesgo a los transeúntes motorizados o a pie que transiten por allí.
No he jugado al videojuego, no sabía de su existencia, pero la trama de la película no puede ser más… menos. Menos en todos los sentidos.
Need for speed es una fantasmada donde ocurren cosas inverosímiles y previsibles. Las inverosímiles al menos le ponen sal al asunto. Un ejemplo de fantasmada inverosímil es que los protagonistas no pueden parar ni para repostar en un viaje de 48 horas aunque eso no es inconveniente para no hacerlo. Y si no paran para repostar pero repostan igualmente, ¿cómo lo hacen? Lo hacían en Top Gun, ¿por qué iba a quedar raro hacerlo en “Need for speed”? Aunque eso no tenga ni pies ni cabeza queda chulo en pantalla, ¿no? Sin embargo esta no es la única ni la peor fantasmada que ofrece la cinta, hay un esplendido surtido de escenas de este tipo.  Lo peor es que con un guión inexistente y una trama ridícula y simplona la película se alarga más de dos horas, y tres cuartas partes son paja y más paja. Y mira, al principio tiene su pase ver una carrera, sentir la velocidad y la adrenalina, pero la 487 vez que se repite la misma escena la gracia se pierde, vaya si se pierde, y el interés también.
Yo lo estaba pasando bien hasta casi la primera hora. Vale, es cine de evasión, cine para dejarse llevar, para entretenerse un rato, pero joroña se hace larga y lenta y eso es lo peor para una producción de este estilo. Y lo definitivamente peor es que el final es mas que predecible siendo el viaje para llegar hasta ahí, movidito sí, pero totalmente falto de encanto.
Si disfrutas con el olor de la gasolina y sueñas con conducir cochazos que llegar hasta los 370 kilómetros hora, no te importan los clichés y lo pasas pipa con las escenas de persecuciones, esta película te puede gustar. Por el contrario si te marea el olor del combustible y la velocidad sin sentido, ahórrate el viaje. 4



Río 2

En “Río 2″, Blu, Perla y sus tres hijos llevan una vida perfecta. Cuando Perla decide que los niños tienen que aprender a vivir como auténticas aves, insiste en que la familia se aventure a viajar al Amazonas. Mientras Blu trata de encajar con sus nuevos vecinos, le preocupa la posibilidad de perder a Perla y a los chicos ante la llamada de la selva.

Tres años después de que Río, la primera película sobre el guacamayo Blu, se estrenara con éxito, nos llega la secuela, repitiendo en la dirección Carlos Saldanha.
Sin perder una pizca de colorido y samba, la película vuelve a ser toda una explosión de plumas y color.  En esta ocasión nuestros azules protagonistas han de enfrentarse a la llamada de la selva, pero igualmente tendrán que sortear otros peligros, como la siempre acechante y pérfida  sombra de la cacatúa Nigel, de nuevo antagonista shakesperiano con mucho teatro, o la amenaza de unos tipos muy malos empeñados en deforestar el tesoro ecológico que es la amazonia.
Lo peor de “Río 2” es que se nota el bajón con respecto a su predecesora. Quizás por su trama, casi sin interés, todo sea dicho. Un producto que una vez consumido se olvida rápido y apenas deja recuerdo, salvo por las escenas musicales, realmente impresionantes y caleidoscópicas. Una buena animación, unos personajes con los que es fácil conectar, una historia resultona para los más peques, es lo más destacable de esta producción que está claramente enfocada para entretener sin más complicaciones.

Me gustó especialmente la operística relación entre la cacatúa Nigel y la Gaby, una ranita rosa muy mona pero letal. 5,5



Capitán América: El soldado de invierno

Tras los devastadores acontecimientos acaecidos en Nueva York con Los Vengadores, “Capitán América. El Soldado de Invierno”, de Marvel, nos cuenta cómo Steve Rogers, alias el Capitán América, vive tranquilamente en Washington, D.C. intentando adaptarse al mundo moderno. Pero cuando atacan a un colega de S.H.I.E.L.D., Steve se ve envuelto en una trama de intrigas que amenaza con poner en peligro al mundo. El Capitán América une fuerzas con la Viuda Negra y lucha por sacar a la luz una conspiración cada vez mayor mientras hace frente a asesinos profesionales enviados para silenciarle. Cuando por fin se revela la magnitud de la malvada trama, el Capitán América y la Viuda Negra van a contar con la ayuda de un nuevo aliado, el Halcón. Pero deberán enfrentarse a un enemigo inesperado y extraordinario: el Soldado de Invierno.


Me resulta difícil escribir sobre esta película. En primer lugar no soy amante de este género. Puede que porque las historias de superhéroes suelen parecerse demasiado unas a otras. El perfil del protagonista casi no cambia; los escenarios, los roles de los secundarios, la acción suele ser, si no idéntica, casi idéntica de unas películas a otras. Reconozco que en lo tocante a este  género cinematográfico no soy buena espectadora. Quizás porque toda cinta de superhéroes que se estrena últimamente está diseñada pensando claramente en la secuela o en su continuación. No parecen historias cerradas, bien hilvanadas, sino un caro y ruidoso espectáculo pirotécnico de efectos especiales con el objetivo de hacer taquilla y seguir haciéndola en el futuro. Aunque, a veces, si hay suerte, la pirotecnia puede intercalarse con escenas humorísticas (Ironman, por ejemplo). Aún así, de tontos es negarlo, uno ya sabe a lo que se expone cuando decide ver una de la Marvel, todo lo anteriormente señalado viene en el pack. Las películas románticas tienen sus clichés, los espaguetis western los suyos, y las de superhéroes  lo mismo.
A favor de la película hay que decir que el uso de los efectos especiales está bien pensado, bien ejecutado; las escenas de acción, básicamente su mayor basa, están especialmente bien hechas; dosificadas (salvo en el tramo final), y un punto a su favor, no son gratuitas. La trama también es casi interesante, especialmente si te gustan este tipo de películas, donde abundan los temas sobre política, conspiraciones, patriotismo, espionaje, traición o terrorismo.
Por encima de la trama destaca el antagonista de la historia; el soldado de invierno, con una estética muy molona y muy de “cómic”. No se puede decir lo mismo del protagonista, Chris Evans, que sigue teniendo cara de palo y expresión de seta. Definitivamente el resto del reparto son los que salvan la papeleta en el apartado artístico. Por encima de ellos brilla Scarlett Johansson, como Viuda Negra,  un papel para una fémina más lucido de lo acostumbrado en este tipo de cintas, y la verdad es que se agradece. Sorprende ver en esta producción, o al menos a mi me sorprendió, a Robert Redford, cuya presencia ya impone de por si, al igual que la de Samuel L. Jackson; actor prolífico donde los haya, no en vano  tiene el récord de ser el más taquillero de todos los tiempos.

En líneas generales es una película que cumple su cometido, que ya es bastante. Pero personalmente me aburrí un poco. No suelo empatizar con estas historias, la primera me resultó un fiasco gordo, y está, aunque mejora la nota ligeramente, me resulta igual de insulsa.  5



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