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30 de enero de 2013



 En 1958, el diseñador británico Gerald Holtom recibe el encargo de crear un símbolo para la primera manifiestación a favor del desarme nuclear. En plena guerra fría, los manifestantes recorrerían la distancia que separa Londres de Aldermaston, lugar donde se fabricaban las armas del arsenal nuclear británico. Para el logo, el objetor de conciencia Gerald Holtom sopesó la idea de emplear la cruz cristiana rodeada por un aro, pero finalmente optó por tomar los símbolos de las letras N y D (siglas de Nuclear Disarmament, en el lenguaje náutico de banderas) y superponerlos en el interior del círculo.
Casi inmediatemente, el símbolo cruzó el Atlántico y llegó a los Estados Unidos de la mano de Bayard Rustin, un colaborador próximo a Martin Luther King que había acudido a Londres a la marcha anti armamentística. Rustin comenzó a usarla en las marchas por los derechos civiles en EE.UU.
Más tarde, el símbolo comenzó a verse durante las manifestaciones en contra de la guerra de Vietnam, e incluso en los cascos de los soldados participantes en la contienda.
Más sencillo de dibujar que la paloma de la paz de Picasso, se hizo famoso en los Estados Unidos, y más tarde en todo el mundo, como el símbolo de la paz.



Mas

El símbolo CDN (Campaña Desarme Nuclear) está fuertemente ligado al de la paloma blanca. Si observamos bien las líneas representan la pata de la paloma y el circulo la Tierra, simbolizando de esta manera la paz mundial

Hay quien data el origen de este símbolo en la Edad Media. Según esta teoría, el símbolo tenía un significado totalmente diferente; pues era utilizado por sectas satánicas como burla hacia Jesucristo.

Gerald Holtom se inspiró en una pintura de Goya llamada fusilamientos del 3 de Mayo para diseñar el logo. Holtom  se dibujó a si mismo con las manos extendidas, mostrando la desesperación que sentía, para darle fuerza rodeó el dibujo en un círculo. Después decidió que este signo no debía representar la desesperación si no la paz, y  lo invirtió.

EEUU llegó a dedicarle un sello como símbolo de los años 60, junto al festival de Woodstock y la conquista de la Luna.

La insignia original, creado por Eric Austen en cerámica, se encuentra en el Museo de la Paz de Bradford.

Holtom nunca patentó el logo que había creado.

FELIZ DÍA DE LA PAZ Y LA NO VIOLENCIA

28 de enero de 2013

Timothy O'Sullivan, el fotógrafo de la historia americana




En la década de 1860 y 70, el fotógrafo Timothy O'Sullivan creó algunas de las imágenes más conocidas de la historia americana.




O'Sullivan nació en Nueva York, y de adolescente trabajó para Mathew Brady. Al comienzo de la guerra civil, a principios de 1861, fue comisionado como teniente primero en el Ejército de la Unión, y en los años siguientes peleó en las batallas de Beaufort, Port Royal, Fort Walker y Fort Pulaski.




Luego de su baja con honores se reincorporó al equipo de Brady. En julio de 1862 acompañó al general John Pope en la campaña del Norte de Virginia. En julio de 1863 tomó su fotografía más famosa «The Harvest of Death» (La cosecha de la muerte) mostrando soldados muertos tras la batalla de Gettysburg lo que se considera la única evidencia fotográfica de la misma.




En 1864 acompañó al general Ulysses S. Grant y registró el asedio de Petersburg antes de viajar brevemente a Carolina del Norte para documentar la segunda batalla de Fort Fisher. También estuvo en Appomattox Court House, donde tuvo lugar la rendición de Robert E. Lee en abril de 1865.




Después de recorrer los EE.UU. de la Guerra Civil, O'Sullivan se unió a una serie de expediciones organizadas por el gobierno federal para ayudar a documentar las nuevas fronteras en el Oeste americano. Los equipos estaban compuestos por soldados, científicos, artistas y fotógrafos.




En 1870 se unió a una expedición a Panamá para buscar el sitio para un canal que atravesara el istmo. Entre 1871 y 1874 retornó al sudoeste acompañando la expedición de George M. Wheeler al meridiano 100°. Pocos de los 300 negativos que tomó se han conservado. Pasó los últimos años de su corta vida en Washington DC, como fotógrafo oficial del Servicio Geológico de los Estados Unidos y del Departamento del Tesoro. Murió a los 42 años de tuberculosis.




 Por encima de todo, O'Sullivan capturó la belleza natural del oeste de Estados Unidos de una manera que más tarde influiría en Ansel Adams y miles de fotógrafos por venir.



25 de enero de 2013

Mudar la piel

La cinta aislante pegó los dos extremos de la caja y toda su vida quedó sumergida en una oscuridad claustrofóbica. Al levantar la vista del suelo, donde había estado arrodillado recogiendo trastos y otros enseres, se topó por primera vez con su nueva realidad. Durante aquellos tres días ajetreados y extraños de mudanza no había mirado la estancia ni una sola vez. No la había mirado con los ojos. La había recorrido  como un autómata sin ser consciente de que había iniciado una cuenta atrás. Al verla así, desmantelada, con las paredes desoladas, el corazón le dio un vuelco en el pecho. Algo lacerante perforó sus pulmones y se quedó sin aliento, desmadejado sobre las cajas que contenían los últimos treinta años de su vida, como si su energía, lo que impulsaba sus músculos y le hacía sostenerse en pie, se hubiera vaciado a través de aquella herida abierta. Sin saberlo había estado borrando sus huellas y el pasado que desde hacía semanas nublaba su cabeza.

Tenía que volver a empezar pasado el ecuador de su vida y sintió tanto miedo que no pudo moverse. Así lo encontró su asistenta unos minutos después.
—¿Ya ha terminado? —le preguntó, sin detenerse a observarle.
—¿Quién está terminado?
—No, que si ha terminado con las cajas —repitió y está vez se detuvo a mirarle.
Lo vio hundido, titubeante, con la vista perdida, y el rostro lacio y cetrino lleno de confusión.
—¿Se encuentra bien? —preguntó, y diligentemente se acercó para echarle una mano.
Las rodillas le crujieron, y  al recuperar la verticalidad se mareó un poco.
—No me asuste, no tiene buena cara. ¿Quiere sentarse un rato?
Pero al mirar alrededor cayó en la cuenta de que no había sillas.
—¿Qué le parece ahí? —improvisó, acercándole al único mueble que quedaba en la habitación, un precioso buró con el barniz descascarillado.
—No, por dios, no. Estoy bien, es que…
—Ya, no hable. Le han dejado solo esos hijos suyos, sabiendo como sabían que se mudaba usted.
¿Por qué tenía que sacar el tema? Ya era bastante doloroso de por si como para que cada dos por tres le restregara por la cara la situación. Ella se dio cuenta de la metedura de pata y trató de quitarle hierro al asunto.
—Bueno, mejor así. “Cuanto menos bulto más claridad”, que se dice. De todas formas, y perdóneme que se lo diga, no le han salido muy trabajadores que digamos. Prefieren la fiesta, salir hasta las tantas…
—Venga, recoja esas cajas y llévelas al furgón —la cortó de malas formas.
—Sí, sí, yo sólo soy una mandada, faltaría más… —dijo bregando con una enorme caja de cartón rotulada con la palabra “libros”.
Antes de desaparecer por el pasillo la escuchó rezongar entre dientes un “con mirar a otro lado no se arreglan las cosas”. Sintió que aquellas palabras cruzaban el aire impulsadas como por un tirachinas e impactaban en su pecho. Tenía razón. Pero admitirlo no le hizo sentir mejor.
Estaba solo, dolorosamente solo. Tenía cincuenta y ocho años, tres hijos, una casa que debía vender, un divorcio a cuestas que le estaba amargando la existencia, y la agria sensación de que lo había hecho todo mal.
Era un fracaso. Le parecía doloroso pensar que todo el contenido de su vida cabía en unas cuantas cajas. Cosas materiales que, en realidad, le importaban muy poco.
Miró el buró y se acercó para moverlo del sitio. Llevaba allí la friolera de veintiocho años y nunca se había movido, ni siquiera para pintar las paredes. Se resistió al principio, como un viejo que ha sido arrancado abruptamente del sueño y se niega a ponerse en pie. Lo empujó y, con un crujido, como lo habían hecho sus rodillas minutos antes,  el descascarillado escritorio se movió unos centímetros.
—Tampoco quieres irte de aquí ¿eh?

Empujó de nuevo y las patas delanteras cedieron. El mueble se precipitó al suelo y él a punto estuvo de seguirle. Mirando con reproche el carcomido montón de madera encontró, escondido en una de las ranuras, un pequeño trozo de papel.
Al desdoblar la hoja, la herida abierta de sus pulmones, por la que se había esfumado su aliento y sus fuerzas, se hizo un poco más grande. Siguió el trazo elegante de la caligrafía de su mujer y leyó con la garganta palpitante el mensaje escondido hacía casi treinta años. Cuando terminó se quedó sumido en una pena amarga. Tragó la bola de miedo, de soledad y frustración, y sintió que la nube de su cabeza se disolvía.
La mujer que había escrito aquello ya no existía. El hogar que había tenido ya no existía. La persona que había sido, la persona confiada y feliz, esperanzada y optimista, ya no existía. Y al reconocerlo sintió que sus heridas comenzaban a cicatrizar. No podía retener algo que estaba muerto. Así que comenzó a aceptarlo. Y una especie de serenidad recompuso su rostro. Mudó su piel como la serpiente que se deshace de la suya cuando se le queda pequeña. Dio un paso y esta vez no titubeó. Dejó allí, abandonado a su suerte, los restos de su antigua dermis.
Cuando su mujer llegó a la casa horas después se topó con el frío pedazo de piel. De entre las maderas sueltas y astilladas recogió el papel que ella misma había escrito y los ojos se le llenaron de lágrimas.

“Para mi misma, cuando me encuentres.
14 de enero de 1984.
Escribo esto para decirle a mi yo futura lo indescriptiblemente feliz que me siento hoy. Además de comprar este hermoso buró, en el que espero escribir las cartas más cariñosas a mis amigos, he descubierto algo que me llena de alegría y también, aunque menos, de miedo. Hoy me han dicho que estoy embarazada. Dentro de muy poco vamos a ser una familia. No se lo he dicho aún, estoy esperando el mejor momento, pero sé que se sentirá tan ilusionado como yo.
Le quiero tanto, le necesito tanto, que me da miedo pensar que algún día no esté a mi lado. Nunca voy a dejar de amarle, antes me muero. No se lo digo muy a menudo, y él tampoco a mí, pero sé que me corresponde igual o más. Y sé que por mucho que pasemos, por mucho que el tiempo nos trasforme nunca conseguirá alejarnos. Siempre estaremos juntos, pase lo que pase. Ojalá que cuando leas esta nota, mucho, mucho, mucho tiempo después la alegría que sentiste hoy siga brillando en tus ojos.
Ojalá la onda expansiva de esta felicidad llegue hasta ti, mi yo lejano, mi yo futuro”


21 de enero de 2013

Noah and the whale



Esta banda  inglesa se formó en 2006. El nombre es un juego de palabras al mezclar el titulo de película favorita de uno de sus componentes, The Squid and the Whale, con el nombre del director de la cinta, Noah Baumbach.
En sus inicios la voz femenina la pusieron dos mujeres,  Emmy the Great y Rebecca Taylor de Slow Club, aunque finalmente sería Laura Marling quien ocuparía el puesto.
Rápidamente la banda se abrió camino en la escena londinense y comenzó a grabar algunos singles. Su tema “5 years time” fue lanzado el 2007, y la recepción de la crítica fue favorable. Su primer álbum “Peaceful, the world lays me down” fue lanzado en 2008. Tras el lanzamiento la banda lanzó un EP de edición limitada titulado “Noah and the Whale presents the A sides”, que contiene canciones inéditas y covers realizados por ellos. El dinero recaudado con este disco fue utilizado por Age Concern, una ONG encargada del cuidado de ancianos.
Tras su gran éxito con su primer álbum, la banda tuvo que lidiar con la partida de Laura Marling, quien comenzó su carrera como solista.
Su segundo álbum se titula “The first days of spring”, y supuso un cambio en cuanto a las letras y música. El álbum, lanzado en 2009,  está marcado por la ausencia de voz femenina y una cierta melancolía que se ve representada a través de la narración que se nos presenta en las canciones.
Su tercer álbum, titulado “Last night on Earth”, fue lanzado el 7 de marzo del 2011 en Reino Unido.
A pesar del leve cambio musical que tiene el álbum, acercándose a algo más pop, llegó al número 8 en la lista oficial de discos de UK, presentando como primer single “L.I.F.E.G.O.E.S.O.N”, el cual llegó al puesto número 14 en la lista de singles de Reino Unido luego de su lanzamiento el 23 de enero del 2011.




19 de enero de 2013

W. O. Baerg fue un entomólogo que, en 1923, fue el conejillo de indias de su propio experimento. Se trataba de probar en un ser humano un antídoto experimental contra el veneno de la picadura de una de las arañas más peligrosas que existen, la latrodectus o viuda negra. Así pues, pocas horas después de que Baerg se dejara picar por una viuda negra, se debatía entre la vida y la muerte, padeciendo fiebre y fuertes dolores. De acuerdo con el experimento, un equipo medico aplicaría a Baerg el antídoto preparado para intentar salvar su vida.
Casi un año después -340 días concretamente- Baerg era dado de alta totalmente restablecido. Apareció así el primer antídoto contra la mortal picadura de la viuda negra.

17 de enero de 2013

SALA
DE
L
ECTURA






El tiempo entre costuras – María Dueñas




Sinopsis:

La joven modista Sira Quiroga abandona Madrid en los meses convulsos previos al alzamiento arrastrada por el amor des­ bocado hacia un hombre a quien apenas conoce. Juntos se instalan en Tánger, una ciudad mundana, exótica y vibrante en la que todo lo impensable puede hacerse realidad. Incluso la traición y el abandono de la persona en quien ha depositado toda su confianza. El tiempo entre costuras es una aventu­ ra apasionante en la que los talleres de alta costura, el glamur de los grandes hoteles, las conspiraciones políticas y las oscuras misiones de los servicios secre­ tos se funden con la lealtad hacia aque­ llos a quienes queremos y con el poder irrefrenable del amor.
Una novela femenina que tiene todos los ingredientes del género: el creci­ miento personal de una mujer, una historia de amor que recuerda a Casablanca Nos acerca a la época colonial espa­ ñola. Varios críticos literarios han destacado el hecho de que mientras en Francia o en Gran Bretaña existía una gran tradición de literatura colo­ nial (Malraux, Foster, Kippling...), en España apenas se ha sacado prove­ cho de la aventura africana. Un home­ naje a los hombres y mujeres que vivieron allí. Además la autora nos aproxima a un personaje real desconocido para el gran público: Juan Luis Beigbeder, el primer ministro de Exteriores del gobierno de Franco.


Hace mucho que oía hablar de este libro, un bombazo editorial que lleva un porrón de libros vendidos en nuestro país desde el 2009 y del que ya se está adaptando una serie para televisión al estilo de Amar en tiempos revueltos. Un poco tele-novelesco si es su argumento; una humilde modistilla, que nunca había salido de Madrid, se convierte por azares del destino  en una glamurosa espía que se viste con los tejidos más ricos, se aloja en los mejores hoteles derrochando elegancia y estilo como nadie, al tiempo que se codea con personajes poderosos y de  pocos escrúpulos en lugares tan exóticos como Marruecos o Lisboa.

María Dueñas alcanzó el éxito de forma arrolladora con “El tiempo entre costuras”, su primera novela, que mezcla novela histórica con espionaje. La novela se convirtió en un bestseller, con casi un millón de copias vendidas, y fue traducida a más de veinte idiomas. Además  se le otorgaron diversos premios literarios, como el Premio Ciudad de Cartagena de Novela Histórica, que es el máximo galardón que otorga cada año la Semana de Novela Histórica.

Cuando comencé a leerla no tenía idea sobre qué iba, no había leído la sinopsis -el libro que saqué de la biblioteca no traía la cubierta- así que la lectura a ciegas me fue sorprendiendo poco a poco. No sé  qué esperaba pero reconozco que algo totalmente diferente. Sí, en realidad esperaba una historia de amor al uso, pero la novela trata sobre cuestiones más políticas e históricas de nuestro país; la guerra civil, el Protectorado de España en Marruecos, y como enfrentó España la amenaza  inminente de la segunda guerra mundial. En ese sentido la labor de documentación de la autora es impresionante. En ningún momento la lectura se hace pesada, las referencias históricas están bien insertadas en la historia, se hacen amenas e interesantes. Quizás lo más flojo, e inverosímil, sea la evolución que sufre la protagonista a nivel personal. Lo mejor sin duda es la prosa elegante y fresca de María Dueñas, que hace muy fácil su lectura. Está muy bien escrita, los personajes están bien definidos, las descripciones son preciosas y cautivadoras, te meten de lleno en los ambientes que describe. Y aunque tiene un total de 636 páginas casi todas ellas se devoran en un santiamén. Eso sí, hay una parte hacía la mitad en que la trama se atasca un poco, no es un libro diez, pero se acerca mucho al sobresaliente, digamos que, pasando por alto pequeños altibajos de la trama, es un libro de notable. Recomendado.


 Imagen: Mario Tozzi

13 de enero de 2013

Extra Cine XXXVII




Las aventuras de Tadeo Jones
Debido a una confusión, Tadeo, un albañil soñador, será tomado por un famoso arqueólogo y enviado a una expedición a Perú. Con la ayuda de su fiel perro Jeff, una intrépida profesora, un loro y un buscavidas, intentarán salvar la mítica ciudad perdida de los incas de una malvada corporación de cazatesoros.

Pensando en el cine que he visto a lo largo del año que dejamos atrás me di cuenta de que casi no había visto películas españolas. Las aventuras de Tadeo Jones parecía una buena opción para reivindicar el producto nacional, así que decidí verla sin ninguna idea preconcebida ni expectativas, y tengo que decir que me ha gustado mucho.
Es verdad que está un poco lejos, en cuanto a calidad visual, de los productos que nos llegan de Pixar, Dreamworks o Disney pero tampoco hay que desmerecer sus virtudes, que son muchas, empezando por su frescura, y continuando con su dinamismo y humor. La historia es sencilla, una parodia típica del personaje y aventuras de Indiana Jones para todos los públicos,  pero logra mantener el interés gracias a su acción fluida, que nunca baja de intensidad. Y aunque antes hablaba de la calidad de la animación, tiene momentos muy brillantes, la recreación de Cuzco, Machu Pichu, el desierto de Nazca son algunos ejemplos, igual que la parte que se desarrolla en el interior de un templo. También sus personajes son entrañables, en especial las mascotas de los protagonistas, un perro muy tierno y un loro mudo algo gruñón, que quizás nos recuerdan a otros personajes animados, en el caso del perro al perro de Up, y el loro a los Angry Bird, pero aún así unos personajes divertidos y llenos de frescura que seguro cautivaran a los más peques.
Un producto muy light pero con  el que el entretenimiento más sano está garantizado.
Lo único negativo, que me perdonen  sus fans, es la canción infumable del final de Juan Magan y Belinda, para quemarla en la hoguera.
Una película simpática, ¡española!, que con una inversión de 8 millones lleva recaudados unos 18. Recomendada para ver en familia. 5,5






A roma con amor
“A Roma con amor” es la historia de un grupo de personas en Italia, unos americanos, otros italianos, unos residentes, otros visitantes, y los romances, aventuras y enredos en los que se ven envueltos. La película nos pone en contacto con un conocido arquitecto americano que revive su juventud; con un romano corriente de clase media que de repente se ve convertido en la mayor celebridad de Roma; con una joven pareja provinciana que tiene encuentros románticos por separado y con un director de ópera americano que hace todo lo posible por llevar a los escenarios a un empresario de pompas fúnebres que canta.
En la larga trayectoria de Woody Allen como director, con más de 40 películas en su haber, podemos encontrar una variedad de calidades muy diferentes; desde películas notables a entretenidas hasta otras más flojas. Mantener ese ritmo de estrenar una película al año no debe ser fácil, más cuando es él mismo quien escribe los guiones. Y es evidente que aquí, en “A Roma con amor”, las musas no estaban por la labor. Personalmente encontré “A Roma con amor” como una película desganada, sin chispa. Quiere ser divertida, con sus enredos, su surrealismo, su galería de personajes a cada cual más particular, sus idas y venidas, sus diálogos pedointelectuales pero es como si las piezas del puzzle de estas cuatros historias en una no terminaran de encajar. El sello de Woody Allen está en cada escena, en cada diálogo, pero no es el gran Woody Allen de otros tiempos. No es el Woody brillante de “Math Point”, por poner un ejemplo reciente.
Puede que lo de hacer una película a la carta, para promocionar una ciudad europea  -en esta ocasión Roma, la ciudad del amor-, se esté convirtiendo más un lastre que en una oportunidad de hacer cine sin gastarse un duro.  Muy decepcionados han tenido que quedar los mandamases que pusieron el dinero para que el señor Allen le hiciera a la ciudad eterna un traje a medida. “A Roma con amor” es un remiendo de tópicos, y mal cosido. No luce Roma, ni luce ninguno de los protagonistas de las cuatro historias que se narran en ellas. Cuatro historias descuidadas, mal hilvanadas, para las cuales tomó como inspiración el “Decameron” de Boccaccio, una obra maestra de la literatura italiana que recoge cien cuentos y novelas cortas. Por este motivo en un principio la película iba a titularse “Bop Decameron” pero casi nadie entendía la referencia así que se cambió a “Nero Fiddles”, un título que aún causaba más confusión y se optó por el facilón que tiene.
Pues eso, una “película facilona de Woody Allen”. 4,2



El ladrón de palabras

“El ladrón de palabras” embarca al espectador en un viaje que le traslada desde el París de la posguerra hasta la Nueva York de hoy en día para contar la historia de Rory Jansen (Bradley Cooper), un joven y exitoso escritor que descubre el precio que debe pagar por plagiar la obra de otro cuando un misterioso anciano (Jeremy Irons) se enfrenta a él afirmando ser el verdadero autor de su novela y relata los hermosos aunque trágicos recuerdos que dieron origen al libro. Al comprobar que otro hombre ha pagado caro el tesoro que contienen las palabras de la novela, Rory hace frente a cuestiones como la creatividad, la ambición y las elecciones morales que ha hecho guiado por sus propios intereses.

La historia que se intuía en el tráiler me llamó la atención, pero tengo que reconocer que la película me ha supuesto una pequeña decepción. Aunque  la idea principal es jugosa, con tres interesantes historias que van cruzándose entre sí, el desarrollo va en su contra. Dispersa, confusa y lenta, son algunas de las pegas que le pongo. Por otro lado, es una película elegante, con buenos diálogos, y una ambientación cuidada, pero le falta contundencia y chispa. Quizás con un segundo visionado gane, pero me dejó bastante indiferente. 4




El hobbit: Un viaje inesperado
En compañía del mago Gandalf y de trece enanos, el hobbit Bilbo Bolsón emprende un viaje a través del país de los elfos y los bosques de los trolls, desde las mazmorras de los orcos hasta la Montaña Solitaria, donde el dragón Smaug esconde el tesoro de los Enanos. Finalmente, en las profundidades de la Tierra, encuentra el Anillo Único, hipnótico objeto que será posteriormente causa de tantas sangrientas batallas en la Tierra Media.

Parece mentira, pero han pasado casi diez años desde el desenlace de la fantástica y mágica saga ESDLA.  En 2003, concretamente en noviembre,  “El retorno del rey”,  la última parte de la trilogía, fue estrenada con enorme éxito en el todo el mundo; se llevó nada menos que once Oscar -entre ellos a mejor película y mejor director-  además del reconocimiento del público –en el momento de su estreno se colocó como la segunda película más taquillera de todos los tiempos, por detrás de Titanic-. Puso un broche de oro a una historia que, personalmente, seguí con mucho interés. A ella tengo que  agradecerle el haberme aficionado a la literatura fantástica.
Peter Jackson fue el responsable de adaptar “El señor de los anillos”. Contaba con un material bastante extenso, pues  la obra original de J.R.R. Tolkien pasa de las 1000 páginas. El resultado agradó incluso a los más críticos, y a los fans más acérrimos del autor, que perdonaron las pequeñas licencias que se tomó Jackson visto el excelente resultado final.
Pero en esta ocasión el material del que partía es bastante más reducido. “El hobbit” fue el germen que hizo nacer “El señor de los anillos”; es su continuación directa. La novela tiene un tono más infantil, ya que fue escrita con el propósito de entretener a los propios hijos del escritor, y apenas llega a las 300 páginas.
Dividirla en tres partes como ha hecho Peter Jackson no ha sido muy buena idea, pero ya se sabe que la avaricia rompe el saco. No ha sido buena idea porque lo que se cuenta en esta primera parte sabe a poco, da una sensación de dispersión importante, y se hace muy lenta en algunos tramos estirados. Meter batallas y efectos especiales para distraer no esconde lo endeble de la trama y del guión, lo más flojo de la cinta. Lo mejor sin duda se encuentra en la parte visual, una delicia para los sentidos. Buenos efectos especiales, unos paisajes que cortan la respiración por su belleza, y unos escenarios que parecen ilustraciones. En ese sentido se nota que la mejor baza que jugaba Peter era ésta. La película fue rodada en un formato nuevo, 3D HFR, quiere decir que captura 48 fotogramas por segundo en lugar de los habituales 24 fps; algo que mejora la calidad de la imagen notablemente aunque su nitidez se carga la textura cine que todos conocemos.
Tenía ganas de volver a la Tierra Media, y mentiría si dijese que la película no me ha entretenido; las tres horas que dura se me han ido volando. Pero reconozco que no es “La comunidad del anillo”, porque lo que se cuenta en “El hobbit: Un viaje inesperado” no tiene ni la cuarta parte de emoción, épica  y aventura  que tenía  la primera película de la saga.
Si tengo que quedarme con un personaje, un tramo de la película, lo que la salva realmente de ser un tostón, es a Gollum/Smeagol y el tramo final junto con Bilbo; excelente. 6,5



10 de enero de 2013



A casi 4300 metros de altitud, tocando el cielo del suroeste del altiplano boliviano, existe una laguna rodeada por una aridez extrema. Se parece a otras lagunas del Altiplano salvo por un detalle, es roja.


En realidad, cada vez que se visita, incluso en un mismo día, el color no es exactamente el mismo sino que recorre toda la gama de tonos que va del naranja al granate.



Situada dentro de la Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa, en el suroeste del departamento de Potosí, la laguna colorada tiene una superficie de unos 60 km2 y una profundidad media de tan solo 35 cm.



La coloración característica se debe a la presencia del alga Dunaliella salina que, para poder sobrevivir a la intensa radiación ultravioleta a esa altitud, produce una enorme cantidad de beta-caroteno, el mismo pigmento que da el color naranja a las zanahorias. Otra responsable del color es un alga cianofícea rica en pigmentos de ficoeritrina, una proteína roja.



Los cambios de  temperatura y de radiación solar durante el día causan la floración de estas algas, dando lugar a las variaciones en la coloración.

En el verano austral, de diciembre a abril, el paisaje es todavía más impresionante, ya que este es un lugar de cría para los flamencos andinos aves migratorias que se cuentan por miles en sus aguas ricas en minerales. El número de flamencos puede superar los 20.000 ejemplares. En invierno, de mayo a agosto, el número cae dramáticamente hasta unos pocos cientos.



De las seis especies de flamencos existentes en el mundo, tres se encuentran en esta laguna. El más abundante es el flamenco de James (Phoenicoparrus jamesi), también conocido como parina chica, el cual representa el 90% de los ejemplares. El 10% restante son de la especie flamenco chileno (Phoenicoparrus chilensis) y flamenco andino (Phoenicoparrus andinus), también conocido como puna grande.



La Reserva Nacional de Fauna Andina Eduardo Avaroa es el área protegida más visitada de Bolivia, y uno de sus atractivos más curiosos es esta Laguna Colorada.

8 de enero de 2013


Se cuenta que, en una ocasión, cuando Ernest Hemingway se encontraba bebiendo, algo que solía hacer muy a menudo, en la Mesa Redonda del Hotel Algonquin, se le ocurrió la idea de retar al círculo de actores, escritores, pintores y columnistas que formaban parte del infame “Círculo Vicioso” de Nueva York. El reto consistía  en escribir un cuento empleando tan sólo seis palabras (en inglés).
Entre aquel grupo de artistas se encontraban las voces más influyentes de la época incluyendo al creador del New Yorker (Harold Ross) y uno de los Hermanos Marx (Harpo Marx).
Para hacer la cosa aún más interesante, el autor de El Viejo y el Mar abrió las apuestas a diez dólares por cabeza, y dijo que si alguno de los presentes lograba hacer un cuento aún más corto, igualaría el total de la bolsa; sin embargo, si nadie podía hacerlo, Hemingway sería el ganador.
Después de recoger las apuestas rápidamente escribió las seis palabras “For sale: baby shoes. Never worn.”
Se vende: Zapatos de bebé. Sin usar. (Vendo zapatos de bebé, sin usar)
A día de hoy se duda de la veracidad de este relato, pero tanto el mini cuento como la historia que lo preside han perdurado para acentuar no sólo el estilo particular de uno de los mejores autores de la historia, sino también darle más matices la misterio de Ernest Hemingway.

6 de enero de 2013

Los pictogramas de Viktor Hertz

Viktor Hertz nació en 1983 en la ciudad de Uppsala, Suecia. Es allí donde reside habitualmente aunque por motivos de trabajo viaja mucho, sobre todo a EEUU, Brasil e Italia, donde se encuentran la mayoría de sus clientes. La afición de Viktor por el diseño gráfico empezó como un juego; le gustaba la sencillez de los pictogramas y experimentando con ellos se dio cuenta de que podía expresar grandes ideas con un toque minimalista. Así surgieron sus carteles de cine,  representaciones de canciones, su colección de logos honestos donde, por poner unos ejemplos, YouTube se convierte en CatVideo y  Camel en Cáncer. Entre sus proyectos también podemos encontrar recopilatorios de las carreras musicales de cantantes o grupos musicales, como The Beatles o Bruce Springsteen.

No olvides visitar su página web: Viktor Hertz














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