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10 de mayo de 2012



Seguro que tienes o has tenido un “vaquero” en tu armario,  pero ¿conoces su origen?
Esta prenda  tan revolucionaria no nació en Estados Unidos, como podría pensarse. Para encontrar su origen  hay que  trasladarse  a la ciudad italiana de Génova.
Los pantalones vaqueros, blue jeans o tejanos tienen su origen en la resistente tela de algodón teñida de azul que los pescadores genoveses utilizan desde hace ya 500 años para vestirse. Los barcos ingleses que hacían escala en este puerto exportaron a todo el mundo el tejido, que pasó a conocerse como “Blue de Genes” (azul de Génova), una denominación que en los países anglófonos derivó al término “blue jeans”.
Fue Levi Strauss, inmigrante alemán de 24 años, quien en plena fiebre del oro, allá por 1853, abrió en California una tienda donde, entre otras cosas, vendía prendas para los mineros hechas con dénim; un tejido de algodón muy duro. La idea de los remaches de cobre para darles más resistencia fue de Jacob Davis, un sastre de Nevada. Strauss y Davis patentaron juntos la idea el 20 de mayo de 1873. Así surgieron los “waist overall”. Su público objetivo eran los pioneros, mineros y demás trabajadores que necesitaban unos pantalones resistentes y adaptados a la vida a la intemperie. Así, a Génova le asignamos la creación de la tela tejana y a EEUU el diseño final de la prenda.


El cine de “vaqueros” los popularizó. Los soldados estadounidenses los exportaron en los años 40 y el cine los catapultó definitivamente. En los años 50 fueron considerados un símbolo de rebeldía entre los jóvenes norteamericanos, quienes empezaron a llamarlos “jean pants”; en muchos cines, institutos y restaurantes estuvieron prohibidos.
Si hay una prenda que ha marcado tendencia esa ha sido el “vaquero”. Evolucionando, reciclándose, adaptándose a los tiempos, el vaquero nunca ha pasado de moda.


La catapulta definitiva viene de la mano de la película West Side Story en donde sus personajes los lucen con una idea preconcebida de estilo urbano y rebelde. Rebeldía que definitivamente se consagra en la imagen de James Dean y Marlon Brando, para pasar a ser un signo de igualdad entre hombres y mujeres, ricos y pobres, blancos y negros, haciendo del vaquero la prenda más democrática e igualitaria de todos los tiempos.
El movimiento hippy de los 60 produjo un cambio estético (campanas, bordados, pintados). En muchos países  se identificaron con la decadencia de occidente y eran muy difíciles de conseguir. Pero en los 70 con la flexibilización de las normas de comercio se abarataron y se extendieron. En ese momento ya eran pura moda y sex appeal. En los 80 se pusieron de moda los vaqueros de “marca”, convirtiéndose en un elemento de “status” y disparándose las ventas que se congelaron con la recesión de los 90.
A pesar de todo el vaquero sigue siendo el rey de los pantalones gracias a su variedad de estilos.

Nunca han pasado de moda...









Los actores más populares del cine y las estrellas de rock fueron el escaparate  que convirtió al pantalón vaquero en un signo de rebeldía, inconformismo e independencia.
Estrellas como Marilyn Monroe o Marlon Brando, que se mostraron públicamente vistiendo pantalones de "clases bajas", propiciaron la aceptación social de esta prenda. Además, con el nacimiento del rock and roll, Elvis Presley también se unió a la revolución de los jeans.
West Side Story tuvo especial influencia para la difusión de los vaqueros. Al igual que películas como Rebelde sin causa o Salvaje, que mostraban a sus dos actores protagonistas enfundados en ajustados vaqueros.  



Vaqueros + cine, asociados a una imagen juvenil, moderna y rebelde.











En un principio eran bastante holgados, como un peto sin la parte de arriba y sólo tenían un bolsillo en la parte de atrás.

A finales de los 60 comenzó a llevarse con chaqueta sin corbata, fue una novedad  reflejada por el actor David Hemmings, con vaqueros blancos en la película Blow-Up de Antonioni en 1966.

Aunque estos pantalones eran muy resistentes a los desgarros, los mineros se quejaban de que el peso de las herramientas a menudo abrían las costuras en los bolsillos. Strauss solventó este problema aprovechando una idea de Jacob Davis, un sastre judío ruso. En el año 1873 aparecieron remaches de cobre en las costuras de cada bolsillo, así como un remache en la base de la bragueta para evitar que se descosiera la costura de la entrepierna cuando el minero trabajaba en cuclillas.


Sin embargo este remache en la entrepierna generó otro tipo de queja. Los mineros, que prescindían de toda ropa interior, descubrieron que al colocarse en cuclillas demasiado cerca de un fuego de campamento, el remache se calentaba hasta el punto de ocasionar una dolorosa quemadura.
Los remaches de los bolsillos se mantuvieron hasta el año 1935, fecha en que se formularon quejas de muy distinta índole. Eran muchos los niños que en todo el país llevaban pantalones vaqueros para ir a la escuela, y las autoridades docentes informaron de que los remaches del bolsillo posterior arañaban y estropeaban irremediablemente los bancos y pupitres de madera.

Los vaqueros, estrictamente utilitarios, se convirtieron por primera vez en prenda de moda en el año 1935, cuando apareció “un anuncio en la revista “Vogue”. Representaba a dos mujeres de la alta sociedad ataviadas con bien ajustados vaqueros, y pregonaba una tendencia llamada “chic del Oeste”. Sin embargo, poco representó esta novedad comparada con la erupción que produjo la competición entre diseñadores de pantalones vaqueros en los años setenta. Esta prenda, en otro tiempo reservada al trabajo, se convirtió en la indumentaria más adecuada para las actividades al aire libre.

En “Parola di jeans” (Palabra de jeans), el escritor Roberto Gianani afirma que este tejido se fabricaba realmente en la ciudad de Chieri, cercana a Turín, y sólo pasaba por Génova para ser exportado desde su puerto. Los franceses, eternos rivales de Italia en el mundo de la moda, no aceptan la paternidad italiana ya que consideran que esta resistente tela de algodón se fabricaba en su país, concretamente en la ciudad de Nimes. Los ingleses se referían a la producción textil de esta ciudad como “Serge de Nimes” (paño de Nimes), de donde derivaría el término denim, utilizado hoy para referirse al tejido de los “blue jeans"

Durante años y hasta la década de los 60, los jeans de mujer no tenían la cremallera en el frontal sino al lado derecho.



El 501 es el número de lote asignado en 1890 a los “waist overall” de Levi´s.

El “Arcuate” es el pespunteado trasero de los Levi´s, que representa un águila. En la 2GM iba pintado por problemas de suministro de hilo.

Los primeros jeans venían en azul índigo y en marrón. El índigo se volvía suave y cómodo con los lavados y el marrón no, así que se dejó de utilizar.

El termino Levi´s no surgió de la compañía sino del público, pero al final se registró.
En 1997 Levi´s pagó 25.000 dólares por unos jeans suyos de cien años encontrados en una mina de Colorado. Son los más antiguo que se conocen.

El 10 de febrero de 1999 la Corte Suprema de Apelación Italiana en Roma absolvió a un reo de violación, argumentando que los pantalones vaqueros no se pueden quitar sin consentimiento del que los lleva. El 28 de noviembre de 2001, la Corte Suprema de Casación revocó la sentencia anterior, condenando al reo y estableciendo que llevar vaqueros no excluye una violación.

Henry David Lee tenía una tienda de ultramarinos, pero en 1912 debido a la gran demanda que había de ropa de trabajo decidió fabricarla él mismo. Introdujo el mono de una pieza en denim. Durante la 1GM fabricó el uniforme oficial de fatiga del ejército norteamericano, repitiendo hazaña en la 2GM.



En la actualidad, la compañía Levi Strauss, es una de las primeras marcas a nivel mundial en el mercado, con tiendas en más de 110 países. Ninguna otra compañía en el mercado de los vaqueros cuenta con tanta presencia mundial. Es una compañía privada a cargo de los descendientes de la familia de Levi Strauss. El número de empleados en todo el mundo asciende a 10.000, incluyendo los aproximadamente 1.100 empleados en la sede central de San Francisco, California.


Fuentes: ShowRoom Mag, Saber curioso, Curistoria, Wikipedia.

4 comentarios:

Prometeo dijo...

Buen trabajo, me encantan los vaqueros: comodos, duros y sin miedo a perder la raya....ultimamente casi no uso otro tipo de pantalon que estos, son una amravilla sobre todo porque no me preocupa sentarme donde sea....un abarzo.

Ana Bohemia dijo...

Una prenda universal, que como dices pueden llevar ricos y pobres, "la prenda mas democratica e igualitaria". A mí me encanta llevar vaqueros.
Curioso lo de los remaches y las quemaduras, uy que desagradable.
¡Que bien le quedaban a James Dean!
La verdad es que han cambiado bastante, ahora hay mil maneras de llevar vaqueros: acampanados, elasticos, rectos, estrechos, pitillos...
Recuerdo lo de la sentencia por violación, ¡por Dios!, hay que oir cada cosa.
Bueno, yo espero seguir llevandolos hasta que sea ancianita, si puede ser, claro, jaja
Un beso
;)

Anónimo dijo...

Amo los vaqueros. Siempre voy en vaqueros, así que te puedes imaginar, Raquel, lo entretenido e interesante que me ha parecido tu artículo...
Me ha encantado saber todos los pormenores de mi prenda favorita. Muchas gracias por un reportaje tan completo y entretenido.
Eres de verdad interesante.
Un abrazo:
Carol

Raquel dijo...

Gracias a todos. Por lo que leo todos llevamos esta prenda que no pasa de moda.

Un abrazo Prometeo.

Lo de los remaches impresiona. Llevar vaqueros hasta la vejez, bueno a lo mejor de esos que son más suaves, ¿te imaginas con la artrosis intentado subirte unos vaqueros ceñidos de esos? A mi me gustan los vaqueros pero no es la prenda más comoda :)


Gracias a ti Carol por pasarte a leerlo.
Besos.

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