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30 de octubre de 2011

De miedo VI



Proliferaron en la tétrica edad media, donde fueron perseguidas y quemadas en la hoguera purificadora, sobrevivieron a las llamas más fortalecidas que nunca, y con el paso del tiempo sufrieron una transformación asombrosa. Las viejas brujas, vinculadas  invariablemente a lo tenebroso,  de narices aguileñas, mandíbulas prominentes y pieles verrugosas,  dejaron paso a otras brujas más jóvenes, de pieles perfectas y figuras curvilíneas , retratos de glamur y sofisticación, alejadas del concepto negativo que se les solía atribuir.


Iniciación

La palabra bruja se puede emplear en ambos géneros, aunque tienen connotaciones distintas y es mayormente expresado en femenino. Etimológicamente, bruja parece derivar del íbero "bruixa" y más claramente del gallego 'bruxa'.
El término abarca tres conceptos distintos:

  • Por un lado se aplicaría a una mujer con una supuesta capacidad de poderes sobrenaturales. 
  • Por otro, se aplicaría a aquellas mujeres versadas en la Alquimia y en hechizos o recetas mágicas.
  • Por último, la iglesia católica considera además a las brujas como a aquellas mujeres que sin poseer tales capacidades o conocimientos participan en aquelarres. Es decir, en rituales de corte satánico.

Al contrario que los magos, las brujas están más identificadas con la alquimia y las artes adivinatorias.


He aquí una de las primeras representaciones graficas de una bruja montada en escoba en un manuscrito francés del año 1440. Antes de esa fecha no se hablaba de brujas sino de hechiceras.  

Las brujas tienen una gran importancia en el folclore de muchas culturas, y forman parte de la cultura popular.




La primera aparición documentada de la palabra en su forma bruxa, data de finales del siglo XIII. En 1396 se encuentra la palabra broxa, en aragonés, en las Ordinaciones y Paramientos de Barbastro.
En el País Vasco y en Navarra se utilizó también el término sorgin (sorguín en su pronunciación en castellano), y en Galicia, la voz meiga.
En latín, las brujas eran denominadas maleficae (singular maléfica), término que se utilizó para designarlas en Europa durante toda la Edad Media y gran parte de la edad moderna. Términos aproximadamente equivalentes en otras lenguas, aunque con diferentes connotaciones, son el inglés witch, el alemán Hexe y el francés sorcière.
Algunas teorías relacionan la brujería europea con antiguas religiones paganas de la fertilidad, aunque ninguna de ellas ha podido ser demostrada.

A las brujas se les atribuyó de todo, desde asesinatos y propagación de enfermedades, hasta la destrucción de las cosechas mediante sustancias encantadas o la impotencia de un recién casado, escondiendo en su cama una correa con nudos. A estas practicas en latín se las llamaba, maleficia (maleficios)

"Santa" Inquisición

Manual para inquisidores

En la Edad Media comienza la persecución de los ritos paganos. Sin embargo, es con la Contrarreforma y con los distintos cismas protestantes cuando la persecución de la brujería se incrementa notablemente. Fue con la bula papal Summis desiderantis affectibus, del Papa Inocencio VIII el 5 de diciembre del año de 1484, con la que se legitimó la persecución de brujas, tortura y ejecución, generalmente ardiendo en la hoguera.
Es en este periodo cuando se escribe el Malleus Maleficarum (Martillo de Brujas), escrito en 1486 por los inquisidores Henry Intitoris y Jacques Sprenger, dominicos, profesores universitarios de teología en Colonia; un compendio de descripciones de tipos de brujería, cómo reconocer una bruja y los distintos métodos de tortura a aplicar.
En España, la Inquisición dejó de perseguirlas a raíz del proceso de las Brujas de Zugarramurdi. (Siglo XVII)

La figura histórica más famosa que fue condenada a arder en la hoguera bajo la acusación de bruja fue Juana de Arco.

 Parafernalia brujil



Las brujas tienen un estilo peculiar a la hora de combinar la ropa, se pirran por el color negro pero tampoco le hacen ascos a la gama de los verdes, lilas  y rojos. Suelen vestir capas  y les encantan los calcetines largos a rayas, siempre  de vivos y contrastados colores. Los zapatos puntiagudos de hebillas a juego con los sombreros son otro básico imprescindible en los armarios de cualquier bruja.
El típico sombrero de ala redondeada, con punta hacia arriba, es una representación gráfica de lo que las brujas llaman el "cono de poder", que es una forma de concentrar la energía en un punto y luego enviarla al universo para que sea aprovechada de maneras creativas.

Gatos negros, los
preferidos
de las brujas

Más allá de la vestimenta, el gusto de las brujas en cuanto a mascotas suele ser también bastante “peculiar”, pero sin duda los gatos negros fueron los favoritos no sólo de las  propias brujas sino de  los inquisidores. Se creía que los gatos negros eran encarnaciones del mismo Satán. En la tradición Celta se relata que las brujas consideraban como sus mejores amigos a los gatos, en especial los de color negro. La Bruja utilizaba a su gato, como su sirviente mensajero o secretario y también se decía que era alguna persona transformada por un conjuro, doblegando su voluntad.
El caldero para hacer pociones es otro elemento poderoso para una bruja. En la cultura celta los Tuatha de Dannan habían traído consigo cuatro elementos mágicos, uno de ellos era el caldero de Dagda, que tenía la capacidad de devolver la vida a los guerreros muertos que eran arrojados en él, siempre y cuando no les faltara la cabeza. Sin embargo el libro de hechizos y la escoba son los dos objetos más importantes para una bruja que se precie de serlo. Las escobas tenían un carácter mágico y simbolizaban la tierra y el hogar; se las utilizaba para la "limpieza" tanto material como espiritual y también como báculo o vara de poder, y como medio de transporte.

Tradicionalmente se asocia la imagen de la bruja a una mujer anciana, fea y especialmente desagradable. Sin embargo, se creía que entre sus poderes estaba el de poder modificar su aspecto a voluntad, mostrándose como una joven hermosa y deseable. La bruja utilizaría esta apariencia para seducir a los hombres y llevarlos a la perdición.




Akelarre

Akelarre era la reunión de brujas y brujos; generalmente se realizaba en lo profundo de los bosques, siempre en lugares naturales y mientras durara la noche.
La palabra "aquelarre" parece provenir de dos palabras originarias de la región Vasca (Euskera): Aker y Larre, que literalmente podría traducirse como "Del macho cabrío"
Algunos de los más célebres escenarios de aquelarres fueron las cuevas de Zugarramurdi (Navarra) y Las Güixas (cerca de Villanúa, en la provincia de Huesca) en España, el monte Brocken (mencionado en el Fausto de Goethe), en Alemania, Carnac en Francia; el nogal de Benevento y el paso de Tonale, en Italia.



La principal finalidad de los aquelarres era la adoración colectiva del Diablo, quien se personaba en las reuniones en forma humana o animal (macho cabrío, gato negro, etc).


Brujas de papel y celuloide


Morgana le Fay
La bruja tiene un papel esencial en los cuentos infantiles, como los recopilados por los Hermanos Grimm, en donde es el personaje malvado arquetípico.
Morgana representa una de las brujas más importantes de la literatura occidental; conocida como un Hada, es un personaje místico que formó parte de la historia de Arturo Pendragon, a quién llevó a la perdición.
En la literatura española la protagonista de La Celestina de Fernando de Rojas  es  una bruja.
En la reciente literatura norteamericana también se recoge el mito de la bruja, pero ya no tienen por qué ser malvadas. Autores de literatura juvenil como J.K. Rowling (Harry Potter), Philip Pullman (La brújula dorada) o C.S. Lewis (Las crónicas de Narnia) han incorporado brujas en sus narraciones
H.P. Lovecraft escribió muchos cuentos sobre brujería, generalmente en el estilo clásico grotesco de bruja malvada y fea.

La bruja novata
Basada en novela de Mary Norton, describe las divertidas andanzas de una señorita que estudia magia por correspondencia en la Inglaterra de los años 40. Un día debe hacerse cargo de tres niños que han sido evacuados al pequeño pueblo costero donde ella vive. Juntos deberán enfrentarse a los invasores alemanes.
Todo un clásico de la Walt Disney y del cine familiar, que mezcla dibujos animados y acción real al estilo de Mary Poppins. Ganadora de un Oscar en 1972 a los mejores efectos especiales.

Tengo un recuerdo muy especial de esta película. Cuando éramos peques nos la ponían en el colegio, y no sé qué magia tendría pero nos quedábamos pegados a la pantalla como imantados. Nunca he vuelto a ver una película como veía esta, totalmente entregada a lo que pasaba, dentro de ella, viviéndola, disfrutándola sin más. Mi recuerdo no es claro, ha pasado mucho tiempo y nunca más volví a verla, eso sería romper la magia, aniquilar mi recuerdo. Esta película pertenece a mi niñez y sería ingrato rescatarla de donde está para verla con los ojos de la adulta que soy hoy. Prefiero recordarla de esa forma, imprecisa, con colores danzarines que nunca llegan a formar una imagen definida. Con distancia y con todo mi cariño.
Pero no todas las películas de brujas que recuerdo o me han marcado han sido tan blancas y bonitas como ésta. Entre la gran cantidad de películas que he visto sobre esta temática, recuerdo especialmente las de los años noventa; Hocus Pocus, divertida y muy entretenida; Jóvenes y brujas, extraña, oscura y muy “noventera”; y La bruja de Blair, un truño del diez que gracias a su original forma de promoción en Internet (muchos creyeron que eran hechos verídicos) logró que un producto en el que se habían invertidos unos cuantos dólares recaudara en taquilla un pastón importante. Calidad, lo que se dice calidad, no tiene mucha, pero momentos memorables hay unos cuantos, aunque sólo sea para reírse un rato.
Como veis las brujas cinematográficas han dado mucho juego en Hollywood, sería imposible reseñarlas todas aquí por falta de espacio. Pero sí tuviera que quedarme sólo con una tengo claro que me quedaría con la bruja del El Mago de Oz. La bruja mala del oeste, con su cara verde fosforito y sus tacones de rubíes. La actriz que le dio vida fue Margaret Hamilton y podría decirse que pasó toda una odisea durante el rodaje de la película. En una escena, Margaret se abrasó la cara y las manos cuando su maquillaje se inflamó en una de las apariciones del personaje entre humo y fuego. Tuvo que pasar varias semanas en el hospital recuperándose. El maquillaje que  se usó para su rostro era tan tóxico que la actriz  tuvo que someterse a lo largo de la filmación a una dieta liquida, para limitar  lo más posible el riesgo de ingerir  la más mínima cantidad de pintura.


Margaret Hamilton fue la bruja mala del oeste.


Las brujas siempre han sido una constante en las películas de Hollywood, desde pérfidos seres como el personaje de Margaret Hamilton en el Mago de Oz hasta la bruja de Betwitched (Embrujada) con sus tacones y su estilo chic años 60.

Brujas pirujas  televisivas

Bruja Avería.
 ¡Viva el mal, viva el capital!

La descubrimos en La bola de cristal, programa infantil de los años ochenta que no sólo entretenía, sino que enseñaba a pensar y fomentaba valores como la amistad y la solidaridad. Y lo hacía con un formato muy diferente al de los programas infantiles de la época. La bruja Avería era la enemiga de los electroduendes. Defensora a ultranza del mal y del capitalismo, representaba a todos aquellos elementos que hacen que el televisor no funcione bien: ruidos, apagones, nieve, desconexiones... Era gorda y fea, y su vestimenta negra -propia de una bruja tradicional- contrastaba con sus greñas multicolores hechas a base de cables.


La bola de cristal marcó a toda una generación con su planteamiento innovador y sus propuestas inteligentes y arriesgadas.



  
Hechizada fue la primera serie que mezcló con éxito el mundo de la magia con la vida familiar. Su protagonista era Samantha Stephens, interpretada por Elizabeth Montgomery.  Desde 1964 hasta 1972 se mantuvo en pantalla a lo largo de ocho temporadas.  Está basada en las películas “I married a witch” de 1942 y “Bell, book and candle” de 1958 respectivamente. La serie tiene como eje central el matrimonio entre el mortal Darrin que trabaja como publicista y la bruja Samantha,  lo que provoca el rechazo de la madre de ésta que utilizará sus poderes para poner en aprietos a su yerno.  Samantha tenía una curiosa forma de efectuar sus hechizos, para ello sólo tenía que mover su nariz.
Sabrina cosas de bruja se mantuvo en pantalla durante siete temporadas, desde 1996 hasta 2003. Su protagonista era  Sabrina, interpretada por Melissa Joan Hart, una  bruja adolescente que siempre se metía en líos. La serie llegó a tener 163 episodios, pero también se hicieron tres “telemovies”.
Willow (Alysson Hannigan) fue un personaje de la serie “Buffy Cazavampiros”. En sus primeros años  de instituto, Willow es una tímida, ingenua empollona con un extraño  sentido del humor. Miembro de los clubes de matemáticas, ciencias e informática, era ridiculizada por sus compañeros de clase más populares. Pero con el tiempo sus intereses irían cambiando hasta convertirse en una poderosa bruja llegando, incluso, a tontear con las artes oscuras.
Embrujadas eran tres guapas hermanas, las tres brujas, que luchaban contra el mal que deambulaba por la ciudad de San Francisco. Durante ocho temporadas, y 178 episodios, las Hermanas Halliwell, interpretadas por Holly Marie Combs, Alyssa Milano, Shannen Doherty y más tarde Rose McGowan, y gracias al Libro de las Sombras, elaboraban pociones y hechizos a la vieja usanza.  
Samantha, Sabrina, Willow y las hermanas Halliwell, guapas brujas de la televisión.




Brujas Disney

Si  hay algo que agradecerle a la factoría Disney es que nos  ha dejado para el recuerdo un montón de personajes malvados. Los malos malosos de Disney no se andan con chiquitas, ellos son perversos y nada, ni nadie, les detiene cuando de hacer el mal se trata. En esta categoría entrarían un montón de personajes, pero si hablamos de brujas  Disney las más importantes han sido: Maléfica, de La bella durmiente. Malísima donde las haya, lanza un terrible conjuro sobre la desdichada Aurora para sumirla en un profundo sueño de más de cien años. La Madrastra de Blancanieves, otra de esas malignas brujas y además envidiosa. Primero la manda a destripar en el bosque por ser más guapa que ella y no contenta con eso más tarde trata de envenenarla con una manzana. Y por último Úrsula, bruja del mar que hace un oscuro trato con la Sirenita, un par de piernas por su voz.





 
Brujitas de la Suerte
Las brujas no siempre se han asociado a malos presagios, hay zonas de España donde las brujas eran respetadas y apreciadas por sus conocimientos. La mayoría de aquellas supuestas brujas no eran más que mujeres que por tradición u observación sabían preparar remedios. Aconsejaban, preparaban ungüentos, jarabes o cataplasmas a base de plantas y otros ingredientes naturales. Los amuletos de buena suerte con figuras de brujas son comunes en zonas de Galicia y Asturias. Se cree que estos amuletos ayudan en el amor, la fortuna y el conocimiento.
En España la administración de lotería que más premios ha repartido se llama La bruixa d'or, la bruja de oro, y está ubicada en un pueblo del pirineo catalán que se llama Sort, es decir suerte.



27 de octubre de 2011

Para tu eterno descanso...

 
Siempre me han impresionado los cementerios. Cuando era niña entrar en alguno de estos camposantos producía un raro efecto en mí; una mezcla de temor reverencial y fascinación.
Me impresionaba el  silencio profundo y sordo que surgía de la tierra, y de cada rincón de aquel laberinto de nichos; un silencio que era como una sombra pesada y  persistente  acompañándote durante todo el recorrido.
Las esculturas y las inscripciones de las lápidas en las que buscaba vestigios de vidas y tiempos pasados, avivaban mi imaginación y me hacían soñar. La atmósfera de aquellos lugares, refugio de gatos vagabundos, con sus árboles delgados y tristes, y el olor dulzón de las flores,  era el abono de mis pesadillas.
Veía aquellos lugares como el límite; una frontera entre la vida y la no existencia, una última morada para la eternidad. Y aquella idea me sobrecogía.
Hoy la impresión que me causan los cementerios ha cambiado un poco, pero siguen pareciéndome lugares increíbles, llenos, en la mayoría de casos, de arte e historia.
He aquí un pequeño recorrido por algunos de los cementerios más famosos e interesantes del planeta. Cinco cementerios que seguro  te fascinarán.



Cementerio de Montmartre, París.

El cementerio de Montmartre, localizado en el bohemio barrio del mismo nombre, cuenta con más de 20.000 tumbas entre las que se encuentran muchas célebres como la de François Truffaut, Émile Zola o Alejandro Dumas.
El cementerio de Montmartre o Cementerio del Norte se encuentra ubicado al oeste del Butte, cerca de la plaza Clichy. Construido sobre una vieja mina de yeso, mantiene sus puertas abiertas desde el 1 de enero de 1825.
En los años de la Revolución Francesa este lugar era usado para depositar los cuerpos de las victimas de las revueltas. Después del cierre de todos los cementerios que presentaban peligros sanitarios a principios del siglo XIX varios nuevos cementerios sustituyeron a los antiguos fuera de los recintos de la capital: Montmartre en el norte, el Cimetière du Père Lachaise en el este, Cimetière de Passy en el oeste y el Cimetière du Montparnasse en el sur. 
Es, detrás del cementerio de Père Lachaise y el de Montparnasse, el más visitado de la ciudad. Aunque hoy es un sitio apacible y agradable, en sus inicios no gozaba de tal fama: el recinto se usaba como fosa común y las inhumaciones se hacían en condiciones deplorables, algo que acabó en 1825.



Cementerio protestante, Roma.

Se le conoce como "cementerio de los poetas de Roma"; allí descansan los restos de numerosos literatos ingleses.
A la sombra de la Pirámide Cestia, construida en torno al año 12 a. C. como imponente sepulcro para el pretor romano Cayo Cestio, yacen los restos de cuatro mil almas, en su mayoría extranjeras, protestantes, ateos y judíos, a quienes los cementerios católicos por su condición de "diferentes" no quisieron dar descanso eterno.
"Pensar que uno puede ser enterrado en un lugar tan dulce, hace que uno se enamore de la muerte", escribió Shelley tras visitar el camposanto poco antes de que se ahogara en las costas del mar Tirreno frente a la región de Toscana. Y respetando sus deseos, las cenizas del poeta inglés (1792-1822) fueron enterradas allí.
"Nada en él se deshará, pues el mar cambia todo en un bien maravilloso", se lee en la tumba de Shelley, una frase que su amigo Lord Byron hizo grabar de un pasaje de "La tempestad" de Shakespeare.
John Keats fue otro de los ilustres escritores que fue enterrado en este cementerio cuando en 1821 murió a causa de la tuberculosis.  A su tumba sólo se llega con la ayuda de un mapa, ya que sobre su lápida, dedicada a un "joven poeta inglés", según dejó escrito, quería que no apareciese su nombre y que su epitafio fuese, como se lee: "Aquí yace alguien cuyo nombre fue escrito en agua".
A su lado yace su amigo Joseph Severn, quien le invitó a Roma para que pasase sus últimos años de vida, y quien, como se lee en su tumba, permaneció ante su lecho hasta su último respiro.
El cementerio protestante de Roma es un extraordinario museo a cielo abierto gracias a la belleza de esculturas como la de la tumba de Emelyn Story, para quien su marido, el escultor estadounidense William Story, alzó un ángel que llora sobre la lápida cubriéndose el rostro con el brazo.



La Necrópolis Monumental de Staglieno, en Génova.

El cementerio monumental de Staglieno es la mayor necrópolis de Génova. Se encuentra en la Val Bisagno, en el territorio del municipio IV- Génova Media Val Bisagno, en el barrio de Staglieno. Se le considera un verdadero museo a cielo abierto debido a la magnitud de sus monumentos.
Las obras del cementerio, proyecto original del arquitecto Carlo Barabino, terminado por su colaborador y alumno Giovanni Battista, se inició en 1844, abriéndose finalmente al público en 1851. Tras varias ampliaciones realizadas en el tiempo, hoy comprende un área de alrededor de 18.000 metros cuadrados e incluye también un cementerio inglés, uno protestante y uno hebreo.
En el centro de la necrópolis se encuentra la estatua de la “Fe”, de nueve metros de altura, obra del escultor Santo Varni. Cerca de esta estatua y al final de una gran escalinata, se destaca el “Pantheon” (copia del Panteón de Roma) con sus bellísimas columnas de estilo dórico.

Este cementerio llegó a adquirir tanta fama en su inauguración que sus espacios eran reservados a personalidades y gente de recursos, familias de grandes fortunas que contrataban escultores de reputación. Pese a eso, existe el caso de personas humildes que consiguieron ahorrar para tener su hueco en Staglieno, como fue el caso de Caterina Campodonico.
Staglieno es famoso por sus esculturas de gran belleza y valor artístico. En las figuras se representan con gran realismo escenas dramáticas y espirituales que tienen que ver con el dolor causado por la pérdida de un ser querido o con el encuentro con la muerte. Un ejemplo de esto son las esculturas de Giovanni Bennetti, un célebre escultor que construía rostros agonizantes que representaban el último aliento. O la escultura de Santo Saccomano. Saccomano esculpió mujeres desnudas jugando con rosarios y jóvenes que se tiraban en éxtasis sobre las lápidas de los difuntos.

El cementerio ha sido y es, por su belleza, la meta de artistas y literatos de todas partes. Ernest Hemingway lo definió como “una de las maravillas del mundo”. Pero la mejor descripción de la estructura y de lo imponente del complejo arquitectónico la da Mark Twain en su libro “Los Inocentes en el Extranjero” (“The Innocents Abroad”, del 1867).


Cementerio de vampiros de Celákovice, República Checa.

Praga es una ciudad muy turística, pero no es el único sitio interesante de la República Checa.En la zona centro hay una bella ciudad llamada Celákovice, que tiene el honor de albergar, según algunos arqueólogos, un cementerio de vampiros.
Celákovice era una bella ciudad amurallada medieval. Reconstruida en el siglo XVI a la manera renacentista, y muy transformada a principios del siglo XX, ha sido centro de atención por sus restos arqueológicos del paleolítico y de la época medieval.
En esta época y en esta zona de Europa, la creencia en los vampiros estaba muy extendida, al igual que el temor de la gente hacia estos seres, y en 1997, el arqueólogo Jaroslav Paçek anunció que había descubierto en esta localidad el primer cementerio dedicado exclusivamente a vampiros, o al menos, a los acusados de serlo.
Catorce tumbas de personas enterradas allí acusadas de vampirismo por sus semejantes, y en cuyas tumbas se advierten prácticas y ritos para evitar que estos vampiros volvieran a la vida tras su ejecución.
Otro arqueólogo, Michal Lutovsky, autor del libro “Las sepulturas de los antepasados”, afirma que es normal que en los grandes cementerios del centro de Europa haya alguna tumba en la que se hayan practicado este tipo de enterramientos, pero no un cementerio “exclusivo”, como es el caso.
Las medidas para evitar que los no muertos regresasen a la vida que han arrojado las excavaciones arqueológicas dan una idea del temor que la gente tenía a estar cerca de un vampiro. En las tumbas, los muertos tenían el cráneo roto con un clavo de hierro, el corazón traspasado por un palo y en la boca clavado un cuchillo (para evitar que en el último momento abriera la boca y mordiera a su víctima).



El cementerio judío de Praga.

En el viejo cementerio judío de Praga no hay lujosos panteones, ni monumentos de costosos mármoles, no hay flores, ni adornos, ni cruces, ni estatuas… allí solo encontraremos miles de lápidas amontonadas sin orden ni concierto, como si en un juego macabro hubiesen sido colocadas azarosamente por manos invisibles en lejanas noches oscuras y silenciosas.
Viendo el reducido espacio del cementerio, no nos salen las cuentas cuando nos dicen que allí hay enterrados más de cien mil judíos. En cambio, en el camposanto tan solo hay unas doce mil lápidas. Esto se debe a que el cementerio se les quedó pequeño y los judíos, sin la posibilidad de ampliarlo, tuvieron que recurrir a realizar los nuevos enterramientos sobre los ya existentes, añadiendo capas de tierra una y otra vez. En algunos lugares del cementerio se pueden contabilizar hasta once enterramientos unos sobre otros. Motivo también del aparente desorden de las lápidas.
Elevado sobre las calles laterales, el viejo cementerio judío expande su aura sobre todo el distrito de Josefor, donde las antiguas sinagogas del gueto permanecen ancladas como islas. En una de ellas, la sinagoga Pinkas, con su eterno aroma a sándalo petrificado y entre las sombras de sus candelabros de siete brazos, encontramos un pequeño y estremecedor museo en recuerdo a los judíos muertos durante el holocausto nazi.
En sus paredes están inscritos los nombres de las víctimas judías, sus datos personales, y los nombres de las comunidades a las cuales pertenecieron. En 1968, sin embargo, el Monumento fue cerrado debido a filtraciones de aguas subterráneas, que ponían en peligro la estructura del edificio. Durante los trabajos de aislamiento, se descubrieron espacios subterráneos, un antiguo pozo y un baño ritual. El régimen comunista demoró intencionalmente los trabajos de reparación y las inscripciones fueron removidas. No fue posible hasta 1990 completar las modificaciones del edificio. Finalmente entre 1992–1996, los 80000 nombres de los judíos checos y moravos víctimas del nazismo fueron escritos de nuevo en las paredes.



En el primer piso de la Sinagoga Pinkas se encuentra la exposición Dibujos de los niños de Terezín, 1942–1944. Entre los prisioneros en Terezín habían más de 10000 niños, menores de 15 años al ser apresados. De 8000 de ellos enviados al Este, unos 242 sobrevivieron a la guerra. El Museo Judío tiene más de 4000 dibujos originales de estos niños en su colección. Son un testimonio conmovedor de su cruel destino y prácticamente el único recuerdo da aquellos que no sobrevivieron.


Fuentes: Wikipedia, El siglo de Torreón.com.mx, La Vanguardia, Tejiendo el mundo.
Imágenes: Google, Tejiendo  el mundo.

25 de octubre de 2011

La maldición de Amon Ra

La hoy conocida como “Princesa de Amon-Ra” o “Sacerdotisa de Amon-Ra” vivió alrededor del año 1500 a. C. Tras su muerte, y después de ser embalsamada, fue depositada en un bello sarcófago de madera y enterrada en una cripta en Luxor, junto a la ribera del Nilo. Más de tres mil años después, a finales de 1890, cuatro jóvenes adinerados de Inglaterra visitaron las excavaciones que se desarrollaban en ese lugar.

Allí pudieron contemplar el hermoso sarcófago de la princesa recién extraído de la cámara mortuoria. Pujaron por él hasta que finalmente se hicieron con el exótico sarcófago. Inmediatamente pidieron que algunos nativos trasladaran la valiosa pieza a su hotel. Horas más tarde, el nuevo propietario del sarcófago se internó solo en las arenas del desierto y no volvió a ser visto jamás. Al día siguiente, uno de sus tres compañeros perdió un brazo tras ser herido accidentalmente por el disparo de uno de sus criados egipcios. La maldición atacó a los dos restantes al volver a Inglaterra: uno descubrió que sus ahorros se habían esfumado; el otro quedó inutilizado por una grave enfermedad y terminó sus días vendiendo cerillas en la calle.



Tiempo después, y tras la racha de infortunios, el sarcófago llegó a Inglaterra dejando un rastro de desgracias. Su nuevo dueño, un empresario del lugar, sería una nueva víctima de la cadena de extraños percances: tres de sus parientes resultaron heridos en un accidente de coche y su casa se incendió. La superstición pudo con el caballero, y donó la pieza al Museo Británico. La supuesta maldición actuó ya durante el transporte del objeto, ya que el camión se puso en marcha de forma inesperada y atropelló a un peatón. Además, uno de los operarios que lo llevaba se rompió una pierna y otro murió a los pocos días aquejado por una enfermedad desconocida. Los problemas se agravaron cuando el precioso ataúd se colocó en la sala egipcia del museo: los vigilantes escuchaban golpes y sollozos que venían del interior del sarcófago. Otras piezas se movían sin causa aparente. Se encontró a un guardián muerto durante la ronda y los otros dejaron el trabajo. Las limpiadoras se negaban a trabajar cerca de la momia… Por fin se decidió trasladar la pieza al sótano para evitar problemas. No funcionó. Uno de los conservadores murió y su ayudante cayó muy enfermo.


 


La prensa comenzó a hacerse eco de la maldición. Un reportero hizo una fotografía del sarcófago. Cuando la reveló, había una horripilante cara humana en lugar del pacífico rostro bellamente pintado en la madera. Se dice que, tras contemplar la imagen durante un rato, el fotógrafo se fue a casa y se pegó un tiro. Finalmente, el Museo Británico decidió desprenderse de la “Princesa”. Un coleccionista la compró y, tras la clásica cadena de muertes y desgracias, la encerró en el desván y buscó ayuda.


 

El llamamiento del asustado caballero fue atendido por Madame Helena Blavatski, toda una autoridad en el mundillo ocultista de principios del siglo XX. Nada más entrar en la casa sintió como una presencia maligna emanaba del desván. Descartó la idea del exorcismo y suplicó a su propietario que se deshiciera de ella con urgencia. ¿Pero quién, en toda Inglaterra, iba a querer comprar una momia maldita? Nadie. Afortunadamente, fuera del país surgió un comprador: un arqueólogo americano que achacó las desgracias a una cadena de casualidades. Se preparó el envío a Nueva York. La noche del 10 de abril de 1912, el propietario consignó los restos mortales de la princesa de Amon-Ra en un barco que se disponía a atravesar el Atlántico con dos mil doscientos veinticuatro pasajeros: el trasatlántico clase Olympic R.M.S. Titanic.


Fuentes: Wikipedia, Tejiendo el mundo, Sobre leyendas.
Imágenes: Google.

23 de octubre de 2011

Extra Cine XIV



Cómo acabar con tu jefe
Nick, candidato a un puesto directivo, trabaja durante 12 horas y traga con todo lo que se le ocurre a su jefe, Harken, pensando en la promesa de una merecida promoción. Pero ahora ya sabe que eso nunca va a ocurrir. Al mismo tiempo, Dale (Charlie Day), ayudante en una clínica dental, tiene verdaderos problemas para mantener a raya el acoso de la Dra. Julia Harris. Y Kurt, contable de profesión, acaba de enterarse de que el corrupto nuevo propietario de su empresa, Pellit, no sólo está empeñado en arruinar su carrera sino que también tiene planes para soltar ilegalmente residuos tóxicos en una población. ¿Qué se puede hacer con estos jefes sin escrúpulos? La huida no es una opción. Alguien tiene que pararles los pies a esos monstruos. Por eso, con la fuerza que dan un par de copas y los dudosos consejos de un ex convicto para el que todo tiene un precio, los tres protagonistas preparan un plan perfecto para librar al resto del mundo de sus respectivos jefes… para siempre.
Me dicen mis hermanas que suelo ser muy crítica con las películas que veo, que no me gusta ninguna y que tengo un gusto pésimo a la hora de elegir qué ver (ya veis lo criticas que son ellas conmigo), y yo me defiendo diciendo que no es que yo elija mal las películas es que ya no se hacen buenas películas. Tal vez esté equivocada y el problema sea mío;  por no ser mas conformista, por no buscarle el lado bueno a bodrios como este y hablar bien aunque sea de la iluminación y el maquillaje, pero el caso es que no me sale. Así que os adelanto una cosa, la película es mala. Tiene sus puntos, pero en líneas generales es mala, mala, mala; no al extremo de La boda de mi mejor amiga (tendría que caer muy bajo), pero ingeniosa, entretenida y medianamente divertida no es.
No es problema  de la idea, que tiene su chispa y podía haber dado más, es que se ha puesto de moda hacer comedias “sucias”. Que no hay ingenio, metemos chiste escatológico; que tenemos que construir un personaje divertido lo convertimos en un guarro, un sádico, o pervertido quedándonos sólo con los tópicos (ahí están como ejemplo las pelis de Resacón en las Vegas) ; que el guión es una chorrada desnudamos a una chica y que distraiga un poco. Así uno no se fija en sus carencias y  se queda con lo superficial.  Y entonces en apariencia puede resultar, pero no. Es una película, que sin ser un desastre del todo, está muy lejos de ser entretenida.
Para pasar el rato. Olvidable. 3.9



Los tres mosqueteros
“Los tres mosqueteros (2011)” es la nueva adaptación de la famosa novela de aventuras de Alejandro Dumas, en esta ocasión en versión 3D, dirigida por Paul W.S. Anderson, responsable entre otros títulos de la saga ”Resident evil”. Son conocidos como Athos, Porthos y Aramis, tres guerreros de élite que sirven al rey de Francia como sus mejores mosqueteros. Tras descubrir una malévola conspiración para derrocar al rey, los mosqueteros se cruzan con un joven que aspira a convertirse en héroe, D’Artagnan, y lo toman bajo su tutela. Juntos emprenden una peligrosa misión para frustrar el complot que amenaza no sólo a la Corona de Francia, sino al futuro de toda Europa.
En la otra cara de la moneda de donde se encuentra El árbol de la vida (si a intensidad se refiere) está Los tres mosqueteros; cine comercial, sin complejos, que no aspira a nada más que a hacerte entretenidas dos horas de tu vida, aunque para ello roce el absurdo más grande.
Disparatada en ocasiones, con un diseño de vestuario que ya lo quisieran para si las comparsas del Carnaval de mi tierra, la película es una fantasmada en toda regla. Fantasiosa, con acción a raudales, mucha aventura, espadas y pelucones; los que le plantaron al pobre rey de Francia, tan afeminado que si no fuera por el bigotillo hubiera creído que se trataba de una chica.
La verdad es que se trata de una película mala, no hay por donde cogerla pero el tráiler no deja dudas al respecto (avisados estais); mala que no es sinónimo de aburrida, ni mucho menos. Además entre sus atractivos se encuentra su plantel de actores, entre los que podemos encontrar a Matthew MacFadyen, Christoph Waltz, Milla Jovovich y Orlando Bloom.
¿Película mejorable? Sin duda. Pobre Dumas, si levantara la cabeza… 4.1



El arte de pasar de todo
“El arte de pasar de todo” relata el principio de la vida adulta de George, un adolescente solitario y fatalista que ha llegado hasta el último curso sin poder decir que haya trabajado en serio ni un solo día. Se ha hecho amigo de Sally, una chica guapa y complicada que reconoce en él a un alma gemela. Sally le arrastra como un huracán al interior de su intenso mundo. Le invita a las fiestas de moda, le acompaña a galerías y museos, se va con él de pellas y acaba convirtiéndose en su mejor amiga. De forma casi inevitable, George, un chico del montón, descubre que se muere por los pedazos de la coqueta Sally, pero es incapaz de hallar el modo de hacerle saber sus sentimientos. Sally proporciona a George un refugio donde cobijarse de la vulgaridad del instituto y de la incertidumbre del hogar, donde la situación existente entre su madre y su padrastro no es lo que parece. Entonces, con el final del último curso echándosele encima, George recibe un ultimátum del director: o completa en las siguientes tres semanas todas las tareas que no ha realizado en todo el año, o no se graduará. George no tarda en ver cuán rápidamente el mundo se viene abajo cuando uno ha perfeccionado el arte de ir tirando.

Que una película tenga el sello de cine independiente significa que es cine para minorías; cine pobre, a veces inspirado, siempre sincero, y sin artificios. Un cine de atmósfera indie, es decir sin pretensiones. Una historia y unos personajes. Y lo que resulta de ahí. A veces bueno, otras malo, pero siempre bajo un punto de vista personal.
El arte de pasar de todo es una película amable, de esas que te inspiran buen rollo; de las que sacas una sonrisa y te parece suficiente. No es que la historia sea original, no es que los personajes estén  muy bien desarrollados, no es que la puesta en escena sea innovadora, pero es cercana y franca, como asomarse a uno mismo y mirarse cuando era adolescente, y toparse con aquellas dudas y todo el peso de crecer y madurar, y tener que decidir que hacer el resto de la vida. Una película con la que es fácil identificarse. Ligera, romántica y juvenil. 5.8




El árbol de la vida
Años 50. El film narra la evolución de Jack (Hunter McCracken), un niño que vive con su madre (Jessica Chastain), que encarna el amor y la bondad, mientras que su padre (Brad Pitt), que representa la severidad, es el encargado de enseñarle a enfrentarse a un mundo hostil. Sean Penn interpreta a Jack en la edad adulta. Por otro lado, se trata también la historia del Universo desde sus orígenes.
 
 Lo dijo Oscar Wilde: “Que hablen mal de uno es espantoso. Pero hay algo peor: que no hablen”. Aunque suene frívolo Oscar tenía razón. Puede que esta sea una película muy criticada pero su triunfo es que no deja indiferente. Todo el mundo habla de ella porque no se parece a nada que se haya visto últimamente en un cine; pedante, intensa, pretenciosa, aburrida, cargante, fascinadora, poética, filosófica, blasfema, religiosa… la película es un conjunto de imágenes y sensaciones, a veces inconexas, a veces metafóricas, y tan intensas que se hace complicado no sentirse agotado y abrumado al terminar de verla. Lo bucólico está bien, se agradece en ocasiones, pero aquí hay  una sobredosis que no es apta para todos los públicos.
¿Cómo valorar una película  de esta envergadura sin caer en la crítica fácil? Visualmente es muy bella, pero dura demasiado. Después de 138 minutos aguantar el tipo a base sólo de lirismo es difícil; es como ir a un banquete y que todos los platos del menú sean lo mismo. Vale, si el plato es bueno te gusta al principio pero acabas con dolor de tripa.  
La película tiene sus cosas buenas pero las malas lastran las buenas y al final tienes la sensación de haber visto un truño importante; de esos que generan interminables bostezos. De primeras parece un anuncio de seguros de vida, después recuerda a un panfleto de los que reparten los testigos de Jehová, más tarde un documental muy mono sobre el origen de la vida; olas, agua, árboles, cascadas y dinosaurios; hay un momento que parece una película con argumento, pero rápidamente pasamos a otra cosa; sueños, pesadillas, limbo, paraíso, suicidio, recuerdos, muerte y vida… nada queda muy claro, todo queda a la libre interpretación que cada uno le quiera dar. Personalmente, me ha parecido un poco pretenciosa por parte del director esta forma de vender su película: un mensaje grandioso en un argumento algo ajustado.
Respecto a los actores decir que están maravillosos; en ese aspecto nada que objetar. Brad Pitt borda su personaje, es buen actor, con suficiente carisma para sacar adelante cualquier interpretación. El niño, Hunter McCracken, también está muy bien. Jessica Chastain está algo más floja pero no exactamente por su culpa, si no por su personaje; demasiado contemplativo. Sean Penn sale perdiendo, no aporta nada y su personaje resulta  prescindible.
En definitiva, una película que difícilmente te gustará si no te gusta la poesía, la filosofía, la geografía y no crees en Dios. En cambio la disfrutarás si buscas la belleza de la naturaleza y te apasionan las reflexiones sobre la vida y la muerte. 6

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