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31 de mayo de 2010



Uno de los principales atractivos naturales de la provincia de Yunnan, en China, lo constituye el bosque de piedra de Shilin. Hace miles de años, esta zona estaba cubierta por el mar y, al retirarse las aguas marinas, quedó al descubierto una enorme extensión de rocas calcáreas que, con la erosión, han ido convirtiéndose en formas increíbles de piedra.


Este curioso fenómeno que se extiende a lo largo de 400 kilómetros cuadrados, no es único en Yunnan, ya que existen varios grupos de piedras parecidos en la región. Aún así, las piedras oscuras que conforman el bosque de Shilin destacan sobre las demás por su tamaño enorme y por estar rodeadas de exuberante vegetación, caminos y escaleras. Entre las formaciones peculiares se han creado ríos subterráneos, cuevas, pasadizos y puentes.


A lo largo de este bosque, se han construido de manera estratégica clásicos edificios de arquitectura mandarina, en los que se puede descansar y disfrutar del paisaje kárstico que nos ofrece Shilin. Para obtener una de las mejores vistas de este increíble paraje, el pabellón Wengfeng es ideal dado su inmejorable emplazamiento dentro del bosque.


El bosque de piedra de Shilin es uno de los lugares más visitados por el pueblo chino. Es más, lo consideran la primera maravilla del mundo, además de un espacio lleno de magia, espiritualidad y misterio.


En la historia china la mitología siempre ha estado presente y, como no, a este paraje también le confieren todo tipo de mitos. Uno de ellos cuenta que fueron los inmortales quienes, haciendo agujeros en las montañas, crearon un laberinto para que los amantes pudieran disfrutar de su intimidad en ellas.


Cada piedra ha adoptado una forma, y los chinos las relacionan con animales, personas u objetos, asignándoles distintos nombres. Los nativos sani, autóctonos de la zona, por ejemplo, han nombrado a una de las piedras que componen este laberinto calcáreo como su heroína, Ashima, quien representa todas las virtudes de la mujer. Según narra la leyenda, un príncipe ogro quería casar a su hijo con Ashima, pero ésta no quiso, y entonces, la raptó. Cuando su hermano intentó rescatarla, el ogro, mediante un conjuro, creó una inundación que arrastró a Ashima, aunque su espíritu quedó en la piedra.


En honor a esta heroína se celebra la Fiesta de las Antorchas, los días 24 y 25 de junio. Durante los días que dura la fiesta, tienen lugar diversas actividades recreativas y deportivas de marcado sabor étnico. Por la noche, se encienden antorchas y luego cantan y bailan en este bosque mágico hasta el amanecer.


30 de mayo de 2010


Una misma copa y dos troncos paralelos, se alzan en el pago de Los Llanitos de Breña Alta, que el pueblo llama los Dragos Gemelos.
Árbol mitológico símbolo de las tierras de más allá de las Columnas de Hércules –punto oeste del mundo conocido–. Allí, en las tierras que bañaban las playas fuera de las de Hércules, siguen creciendo muy lentamente y libres apoyando la leyenda estos magníficos árboles.
Los Campos Elíseos de la Odisea de Homero dice que en esas tierras del "extremo de la tierra", la vida de los hombres es cómoda, el invierno no es largo, donde tampoco hay lluvias, "sino que el Océano deja siempre paso a los soplos de Céfiro que sopla sonoramente para refrescar a los hombres".
Campos Elíseos, Afortunadas, Hespérides y Jardín de las Delicias quiere la mitología clásica que sean las islas Canarias, donde "residen unas ninfas, hijas de Atlante, las Hespérides, que custodian, junto a un terrible dragón, un maravilloso Jardín, en el que está el árbol de las manzanas de oro, símbolo de la inmortalidad, en otro tiempo buscadas por el propio Hércules".
Nuestros dragos serán "dragón" o por el contrario "árbol de las manzanas de oro, símbolo de la inmortalidad", porque inmortales son sus raíces y ramas que el pueblo va cantando en leyendas. La voz del pueblo cuenta que en tiempos anteriores a la Conquista de la isla, en el ya lejano año de 1492, una bonita y joven mujer de cautivadora y dulce mirada, suscitó en dos hermanos gemelos de Breña Alta –por esos tiempos cantón de Tedote– los más profundos sentimientos de amor, que a ella halagaba y fomentaba, pero llegó el día que había que dirimir en batalla y duelo cual de los dos sería quién poseyera a la joven doncella.
La lucha fue dura y cruel. Los jóvenes hermanos y gemelos se batían con valentía. En las venas les ardía la sangre y les cegaba la mente y el destino y la fatalidad quiso que no hubiera vencedor, los dos murieron en la lucha por el amor a una mujer.
Ella, al enterarse de la triste desventura, se consideró causante de ello y juró que jamás sería de nadie, sino del recuerdo de los dos hermanos. Apenada y desconsolada quiso que el recuerdo de los dos hermanos fuera superior a su propia existencia humana. Se trasladó por las agrestes laderas de la cumbre recubiertas de hojas, árboles y arbustos de la mítica y húmeda laurisilva, al poniente de la isla, en busca de dos gajos de dragos para luego, cariñosamente, sembrarlos paralelos y próximos en el mismo lugar donde los dos hermanos había regado su sangre de amor. Se cumplieron los deseos de inmortalidad de un recuerdo y amor. Con el tiempo y lentamente los dragos –uno por cada hermano– fueron creciendo entrelazando fuertemente sus ramas. Hoy no se sabe cuál es uno y cuál es el otro, permanecen altaneros y abrazados en la larga longevidad de esta especie de árbol, como si quisieran ser símbolo de un destino común por amor a una mujer.


FELIZ DÍA DE CANARIAS!!!


María Victoria Hernández.
Microlapalma.com

28 de mayo de 2010



En un profundo lago de agua dulce, muy cerca de la ciudad escocesa de Iverness, habita este entrañable monstruo acuático de cuerpo alargado, parecido a un dinosaurio prehistórico. Su aspecto -cuello largo y cabeza de reptil- ha llevado a muchos científicos a creer que podría tratarse de un pleistosaurio; un reptil gigante que vivió hace cerca de 70 millones de años; aunque esta es sólo una de las muchas hipótesis que planean sobre la mítica imagen del monstruo del lago Ness. Los avistamientos y rumores sobre la presencia de una extraña criatura en las gélidas aguas de este lago de Escocia se remontan a muchos siglos atrás. Hace 1500 años ya se hablaba del monstruo. Pero fue en el siglo XX cuando Nessie cobraría fama mundial. En la década de los 30 el periodico Iverness Courier publicó la noticia de una pareja local que dijo haber visto "un enorme animal rodando y hundiéndose en la superficie". El informe del "monstruo" (título elegido por el editor del Courier) se convirtió en una sensación entre los medios. Las editoriales de Londres comenzaron a enviar reporteros a Escocia, e incluso un circo ofreció una recompensa de 20.000 libras esterlinas por su captura. En 1934 el cirujano R.K. Wilson consiguió “fotografiar” a la criatura. Durante años esa fotografía circuló como la “evidencia absoluta” de su existencia, hasta que en 1994 se demostró que había sido falsificada. Ya era tarde, la imagen de Nessie se había convertido en un símbolo de Escocia y en uno de los misterios que más han dado que hablar.
Por ser uno de los monstruos mas sociables que se conocen, por estar siempre disponible para los turistas y curiosos que se acercan a sus aguas, por ser el bicho más tierno de todo el ranking…Nessie es mi número uno.


Este esquivo ser vive en las zonas boscosas de la cordillera del Himalaya. Tiene la apariencia de un simio gigante y está emparentado con el BigFoot. Aunque no existen pruebas concluyentes sobre su existencia muchos son los testimonios de personas que aseguran haberse topado con este huidizo personaje o que han visto sus huellas en la nieve. Un hecho que no puede pasarse por alto es que la principal fuente de información acerca del "hombre de las nieves" proviene de los nativos de la zona: principalmente los sherpas de Nepal, pero también los lepchas de Sikkim y los habitantes del Tibet. Muy pocos occidentales han visto al Yeti cara a cara, entre ellos, uno del inglés W. Knight en Gantok, Sikkim (1905) otro del polaco Slavomir Rawicz en algún lugar cerca de Bhutan (1946) y, el más reciente, del alpinista norteamericano Craig Calonica en la cara tibetana del Everest (1998). La mayor parte de las veces, los testigos se limitan a informar sobre una silueta nocturna cuya aparición viene precedida de un agudo silbido o una figura lejana detrás de un grupo de rocas.
A pesar de la fama que le han querido atribuir al pobre a mi me enternece este peludo hombre de las nieves. No es abominable, ni tiene tan mal genio como parece; simplemente es un tímido redomado y le gusta disfrutar de su soledad. Le molestan enormemente los curiosos que no respetan su intimidad. Aunque no es muy fotogénico, y siempre sale con cara de enfado, tiene un buen fondo. Por eso es el número dos en mi ranking de monstruos.


Al igual que el Yeti, el BigFoot tiene apariencia simiesca y unas proporciones gigantescas. Con dos metros de altura y ciento sesenta kilos de peso bien repartidos resulta complicado pasar desapercibido. Hace dos siglos que se le sigue la pista, desde que en 1811 un comerciante llamado David Thompson se encontrara en las montañas Rocosas unas extrañas y descomunales huellas. Aunque hay testigos que aseguran haberlo visto e incluso fotografiado, el BigFoot es muy huidizo y apenas se deja ver, y eso a pesar de su envergadura. Al igual que pasara con los otros dos monstruos anteriores los lugares donde se le ha creído ver han visto aumentado el número de visitantes y curiosos. Porque sería una injusticia no colocarle justo después del Yeti, este pie grande es mi número tres.


En escandinavo “kraken” significa animal enfermo aunque esta palabra puede referirse también a “algo retorcido”. En alemán significa pulpo. El Kraken es una criatura marina de la mitología escandinava y finlandesa descrita comúnmente como un tipo de pulpo o calamar gigante que, emergiendo de las profundidades, atacaba barcos y devoraba a los marinos. Según se dice, el Kraken medía más de 2,4 kilómetros y poseía fuertes y largos tentáculos, capaces de enroscarse con facilidad en los mástiles de los barcos y así, llevarlos al fondo del mar. A menudo, el Kraken era confundido con islas.
Sus ojos rojos se asemejaban a dos hogueras de fuego líquido.
Aunque me encanta el pulpo a la gallega y a la vinagreta tengo que admitir que me da un poco de repelús, será por sus tentáculos largos y llenos de ventosas, y aunque igualmente el calamar está para chuparse los dedos, el animalito es de los que dan yuyu, con su pico y esos ojos, los más grandes de todo el reino animal, que no me extraña que aterrorizaran a los pobres marinos cuando al mirar mas allá de la superficie del mar veían dos llamas rojas como fuego del infierno. Por eso y por ser seguir siendo un misterio hoy en día, el Kraken ocupa la cuarta plaza en este ranking de bichos.

El kraken, criatura mitológica de origen escandinavo, con forma de pulpo o calamar, peligroso frecuentador de todos los mares, especialmente de los del Norte, aparecía a menudo en las crónicas de los navegantes antiguos.



Cerbero, en la antigua mitología, era un perro con tres cabezas y una serpiente por cola cuya labor era guardar las puertas del Hades, para que ningún humano entrara sin permiso y al mismo tiempo, para que ningún espectro consiguiera salir de los infiernos. A la orilla del río Aqueronte, frontera entre los vivos y los muertos, y con la única compañía del barquero Caronte, el Can Cerbero siempre alerta, fue la pesadilla para todos aquellos valientes héroes que se atrevieron a cruzar aquellas puertas sin el permiso de Hades.
Su origen se relaciona con la constelación de Cetus, en la que se puede intuir las formas de las puertas del inframundo cerradas y una bestia de tres cabezas en el centro guardándolas.
Las menciones sobre Cerbero a lo largo de la historia son muchas y variadas. En algunas aparece incluso hasta con cien cabezas y cola de dragón y en otras posee serpientes en su lomo. Aunque la clásica de tres cabezas es la más común.
El mito de perros como guardianes de los infiernos aparece también en otras culturas, como es el caso del perro ensangrentado de Garm, de la mitología escandinava.
Lo pintan fiero pero en el fondo Cerbero es un buenazo, y si no preguntadle a Heracles o a Orfeo, los únicos que supieron ver que más allá de su apariencia feroz se escondía un ser manso y sensible, falto de mimos y con un gusto especial por la música.


El origen de Mothman proviene de una leyenda urbana de EEUU. Se dice que su aparición suele estar asociada a futuras catástrofes personales o generales. Su aspecto físico es la de un humanoide de más de 2 m de altura, con grandes alas que se repliegan, cubierto de pelo gris oscuro, con grandes garras en las patas, y con dos grandes ojos rojos y luminosos a los que se atribuyen facultades hipnóticas y paranormales.
Los primeros testimonios datan del año 1966, de Point Pleasant (Virginia Occidental). En la noche del 14 al 15 de noviembre dos matrimonios paseaban en automóvil cerca del sector conocido como "área TNT", una zona de antiguos depósitos militares de explosivos usados durante la Segunda Guerra Mundial. Observaron al lado del camino una criatura de unos 2 m de altura, con dos alas plegadas a la espalda y que les miraba con dos brillantes ojos de color rojizo. El conductor aseguró haberse dirigido hacia la carretera principal y los ocupantes aterrorizados habrían sido seguidos hasta la misma entrada del pueblo. Los testigos afirmaron haber oído un agudo grito proveniente de la criatura; después de su declaración a la policía se ordenó una exhaustiva búsqueda en el "área TNT", sin aparecer ninguna evidencia de dicha criatura.
En 1975 John A. Keel escribió The Mothman Prophecies, una novela basada en los hechos que fue llevada al cine en 2002, con el nombre de Mothman: La Última Profecía, dirigida por Mark Pellington y protagonizada por Richard Gere.
Si has visto la película de Richard Gere tal vez me entiendas; la visión de ese bicho extraño y su “chillido” fue demasiado para mi sensible espíritu. La película es lo más parecido a un mal sueño, y no precisamente por su calidad, que también, sino por esa atmósfera agobiante que se crea en torno al misterio del hombre polilla, a una fotografía y puesta en escena muy extraña, irreal y oscura que me dejó mal cuerpo. Por todo ese mal rollo el Mothman es mi número seis.



El origen de esta leyenda es bastante reciente, aunque hay antecedentes de ataques similares desde el siglo XIX. Oficialmente, el chupacabras es una especie de vampiro, proveniente de una leyenda popular latinoamericana vigente aún en las creencias populares. El chupacabras dejaba sus rastros en animales de granja que aparecían muertos, e incluso mutilados (con la lengua o el rabo cortado), sin sangre y con un orificio en el cuello.
El chupacabras es, de acuerdo a los relatos populares, una criatura de un poco más de un metro de altura, semejante a un perro, un canguro o un mono. Posee colmillos y alas. Para algunos, es una criatura anormal, un mutante producto de la contaminación, para otros un ser extraterrestre e incluso hay quienes afirman que es el resultado de experimentos científicos secretos.
En fechas reciente el mundo se sorprendió con la noticia del posible hallazgo de un esqueleto de Chupacabras en un poblado de Costa Rica. Tras ser examinado exhaustivamente por un equipo de científicos, se dictaminó dos días después, y sin ningún tipo de dudas, que se trataba del esqueleto de un perro. Posiblemente esa sea la explicación más plausible al misterio del Chupacabras: el ataque de perros salvajes, aderezado por la imaginación popular.
Esta es una de las leyendas urbanas que mas ha dado que hablar en los últimos tiempos. La imaginación es una cosa portentosa. No me extraña que la pinten con alas, porque cuando la imaginación vuela el perro salvaje que mata gallinas en un corral se transforma en un bicho gigantesco, con cuernos, de origen extraterrestre, con una sed descomunal de sangre, y con la capacidad de cambiar a voluntad de apariencia, pudiendo adoptar la forma de un canguro, mono, o si se le antoja, hasta de dinosaurio.


El basilisco es un ser creado por la mitología griega descrito como una serpiente que tenía el poder de matar con su mirada, su voz, o sólo tocando a la víctima. Hay tres descripciones de este monstruo: En el siglo VIII era descrito como una serpiente con unos cuernos en la cabeza en forma de corona. En la Edad Media pasa a ser un gallo con cuatro patas, plumas amarillas, grandes alas espinosas y cola de serpiente, que podía terminar en garfio, cabeza de serpiente o en otra versión cabeza de gallo, la teoría era que era un huevo de serpiente incubado por un viejo gallo. Por ultimo San Isidoro de Sevilla describe al basilisco como el rey de las serpientes: los reptiles se someten a él por su peligrosa mirada que asesina a quien lo ve directamente a los ojos (de ahí proviene su fama) y por su veneno letal.
Algunas leyendas dicen que, Alejandro Magno mató a uno haciendo que este se viera a si mismo en un espejo.
No solo fue su descripción o que Alejandro Magno luchara con uno lo que lo hizo tan famoso si no que se le relacionaba con la Alquimia ya que varios autores (Theophilus Presbyter, Hermes Trismegisto) decían que tenía la capacidad de transformar el cobre, plata en oro.
Porque hay miradas que matan y famas que pesan, este Basilisco es el número ocho en mi ranking.


La única forma de vencerlo era utilizando un espejo para reflejar la maldición.



En la mitología griega, la Hidra de Lerna era un despiadado monstruo acuático ctónico con forma de serpiente policéfala (cuyo número va desde 5 hasta 100 e incluso 10.000) y aliento venenoso, a la que Heracles mató en el segundo de sus doce trabajos.
Una de sus cabezas era especial, pues era la que dirigía a todas las demás, siendo la única que no podía ser destruida. Su guarida era el lago de Lerna en el golfo de la Argólida (cerca de Nauplia). Bajo sus aguas había una entrada al Inframundo que la Hidra guardaba.
Este animal fabuloso descendía de Tifón, Equidna y –según Hesíodo, en su Teogonía– de la Diosa de la Tierra, Gea. Se decía que la Hidra era hermana de Quimera y del Cancerbero.
Por ser uno de los monstruos más difíciles de destruir la hidra ocupa la novena plaza.


De las tres gorgonas, la más famosa era Medusa, aunque era la única mortal. Medusa y sus hermanas vivían en el extremo de Occidente, cerca del reino de los muertos, y no había mortal ni divinidad que no las tuviera temor.
En la versión más conocida del mito, Medusa era originalmente una hermosa mujer humana. Poseidón se enamoró de ella y la sedujo en un templo dedicado a Atenea. Ambos dioses eran rivales y tras descubrir la profanación de su templo, Atenea transformó a Medusa hasta tener la forma de sus dos hermanas. Algunas versiones dicen que fue Afrodita quien, celosa de la cabellera de Medusa, la cambió por serpientes.
Perseo fue el héroe, hijo de Zeus, que derrotó a Medusa y la decapitó, entregándole la cabeza a Atenas, quien la colocaría en su escudo, la Égida.
Como curiosidad, de los ojos de Medusa salían chispas y quien los miraba se convertía inmediatamente en piedra. Perseo guardó su sangre, pues la proveniente de la vena izquierda era un terrible veneno mortal y la de la derecha un remedio que podía resucitar a los muertos.
Por su mirada chispeante, Medusa cierra esta lista de monstruos.


20 de mayo de 2010

Imaginación contra realidad por Ben Heine


El joven pintor, ilustrador, caricaturista y fotógrafo de veintiséis años Ben Heine es el creador del divertido proyecto que podrás ver a continuación, llamado “Pencil vs Camara”, en el que se combinan imágenes reales con ilustraciones.
¡Qué las disfrutes!


15 de mayo de 2010

El regalo de reyes. O Henry


O Henry era el seudónimo del escritor, periodista, farmacéutico y cuentista estadounidense William Sydney Porter (11 de septiembre de 1862 – 5 de junio de 1910). Se le considera uno de los maestros del relato breve, su admirable tratamiento de los finales narrativos sorpresivos popularizó en lengua inglesa la expresión “un final a lo O Henry”.
Existe una anécdota que dice que su relato más famoso, El regalo de los Reyes Magos (considerado por los críticos como uno de los mejores), fue escrito bajo la presión de un plazo de entrega, en tan solo tres horas y acompañado de una botella entera de whisky.
Aunque ya estemos en mayo, y el día de reyes nos quede un poco lejos, aquí te dejo este relato que seguro te gustará.

Un dólar y ochenta y siete centavos. Eso era todo. Y setenta centavos estaban en céntimos. Céntimos ahorrados, uno por uno, discutiendo con el almacenero y el verdulero y el carnicero hasta que las mejillas de uno se ponían rojas de vergüenza ante la silenciosa acusación de avaricia que implicaba un regateo tan obstinado. Delia los contó tres veces. Un dólar y ochenta y siete centavos. Y al día siguiente era Navidad. Evidentemente no había nada que hacer fuera de echarse al miserable lecho y llorar. Y Delia lo hizo. Lo que conduce a la reflexión moral de que la vida se compone de sollozos, lloriqueos y sonrisas, con predominio de los lloriqueos.
Mientras la dueña de casa se va calmando, pasando de la primera a la segunda etapa, echemos una mirada a su hogar, uno de esos departamentos de ocho dólares a la semana. No era exactamente un lugar para alojar mendigos, pero ciertamente la policía lo habría descrito como tal.

Abajo, en la entrada, había un buzón al cual no llegaba carta alguna, Y un timbre eléctrico al cual no se acercaría jamás un dedo mortal. También pertenecía al departamento una tarjeta con el nombre de "Señor James Dillingham Young".
La palabra "Dillingham" había llegado hasta allí volando en la brisa de un anterior período de prosperidad de su dueño, cuando ganaba treinta dólares semanales. Pero ahora que sus entradas habían bajado a veinte dólares, las letras de "Dillingham" se veían borrosas, como si estuvieran pensando seriamente en reducirse a una modesta y humilde "D". Pero cuando el señor James Dillingham Young llegaba a su casa y subía a su departamento, le decían "Jim" y era cariñosamente abrazado por la señora Delia Dillingham Young, a quien hemos presentado al lector como Delia. Todo lo cual está muy bien.

Delia dejó de llorar y se empolvó las mejillas con el cisne de plumas. Se quedó de pie junto a la ventana y miró hacia afuera, apenada, y vio un gato gris que caminaba sobre una verja gris en un patio gris. Al día siguiente era Navidad y ella tenía solamente un dólar y ochenta y siete centavos para comprarle un regalo a Jim. Había estado ahorrando cada centavo, mes a mes, y éste era el resultado. Con veinte dólares a la semana no se va muy lejos. Los gastos habían sido mayores de lo que había calculado. Siempre lo eran. Sólo un dólar con ochenta y siete centavos para comprar un regalo a Jim. Su Jim. Había pasado muchas horas felices imaginando algo bonito para él. Algo fino y especial y de calidad -algo que tuviera justamente ese mínimo de condiciones para que fuera digno de pertenecer a Jim. Entre las ventanas de la habitación había un espejo de cuerpo entero. Quizás alguna vez hayan visto ustedes un espejo de cuerpo entero en un departamento de ocho dólares. Una persona muy delgada y ágil podría, al mirarse en él, tener su imagen rápida y en franjas longitudinales. Como Delia era esbelta, lo hacía con absoluto dominio técnico. De repente se alejó de la ventana y se paró ante el espejo. Sus ojos brillaban intensamente, pero su rostro perdió su color antes de veinte segundos. Soltó con urgencia sus cabellera y la dejó caer cuan larga era.

Los Dillingham eran dueños de dos cosas que les provocaban un inmenso orgullo. Una era el reloj de oro que había sido del padre de Jim y antes de su abuelo. La otra era la cabellera de Delia. Si la Reina de Saba hubiera vivido en el departamento frente al suyo, algún día Delia habría dejado colgar su cabellera fuera de la ventana nada más que para demostrar su desprecio por las joyas y los regalos de Su Majestad. Si el rey Salomón hubiera sido el portero, con todos sus tesoros apilados en el sótano, Jim hubiera sacado su reloj cada vez que hubiera pasado delante de él nada más que para verlo mesándose su barba de envidia.
La hermosa cabellera de Delia cayó sobre sus hombros y brilló como una cascada de pardas aguas. Llegó hasta más abajo de sus rodillas y la envolvió como una vestidura. Y entonces ella la recogió de nuevo, nerviosa y rápidamente. Por un minuto se sintió desfallecer y permaneció de pie mientras un par de lágrimas caían a la raída alfombra roja.
Se puso su vieja y oscura chaqueta; se puso su viejo sombrero. Con un revuelo de faldas y con el brillo todavía en los ojos, abrió nerviosamente la puerta, salió y bajó las escaleras para salir a la calle.

Donde se detuvo se leía un cartel: "Mme. Sofronie. Cabellos de todas clases". Delia subió rápidamente Y, jadeando, trató de controlarse. Madame, grande, demasiado blanca, fría, no parecía la "Sofronie" indicada en la puerta.

-¿Quiere comprar mi pelo? -preguntó Delia.
-Compro pelo -dijo Madame-. Sáquese el sombrero y déjeme mirar el suyo.
La áurea cascada cayó libremente.
-Veinte dólares -dijo Madame, sopesando la masa con manos expertas.
-Démelos inmediatamente -dijo Delia.
Oh, y las dos horas siguientes transcurrieron volando en alas rosadas. Perdón por la metáfora, tan vulgar. Y Delia empezó a mirar los negocios en busca del regalo para Jim.

Al fin lo encontró. Estaba hecho para Jim, para nadie más. En ningún negocio había otro regalo como ése. Y ella los había inspeccionado todos. Era una cadena de reloj, de platino, de diseño sencillo y puro, que proclamaba su valor sólo por el material mismo y no por alguna ornamentación inútil y de mal gusto... tal como ocurre siempre con las cosas de verdadero valor. Era digna del reloj. Apenas la vio se dio cuenta de que era exactamente lo que buscaba para Jim. Era como Jim: valioso y sin aspavientos. La descripción podía aplicarse a ambos. Pagó por ella veintiún dólares y regresó rápidamente a casa con ochenta y siete centavos. Con esa cadena en su reloj, Jim iba a vivir ansioso de mirar la hora en compañía de cualquiera. Porque, aunque el reloj era estupendo, Jim se veía obligado a mirar la hora a hurtadillas a causa de la gastada correa que usaba en vez de una cadena.

Cuando Delia llegó a casa, su excitación cedió el paso a una cierta prudencia y sensatez. Sacó sus tenacillas para el pelo, encendió el gas y empezó a reparar los estragos hechos por la generosidad sumada al amor. Lo cual es una tarea tremenda, amigos míos, una tarea gigantesca.
A los cuarenta minutos su cabeza estaba cubierta por unos rizos pequeños y apretados que la hacían parecerse a un encantador estudiante holgazán. Miró su imagen en el espejo con ojos críticos, largamente.
"Si Jim no me mata, se dijo, antes de que me mire por segunda vez, dirá que parezco una corista de Coney Island. Pero, ¿qué otra cosa podría haber hecho? ¡Oh! ¿Qué podría haber hecho con un dólar y ochenta y siete centavos?."

A las siete de la noche el café estaba ya preparado y la sartén lista en la estufa para recibir la carne.
Jim no se retrasaba nunca. Delia apretó la cadena en su mano y se sentó en la punta de la mesa que quedaba cerca de la puerta por donde Jim entraba siempre. Entonces escuchó sus pasos en el primer rellano de la escalera y, por un momento, se puso pálida. Tenía la costumbre de decir pequeñas plegarias por las pequeñas cosas cotidianas y ahora murmuró: "Dios mío, que Jim piense que sigo siendo bonita".
La puerta se abrió, Jim entró y la cerró. Se le veía delgado y serio. Pobre muchacho, sólo tenía veintidós años y ¡ya con una familia que mantener! Necesitaba evidentemente un abrigo nuevo y no tenía guantes.
Jim franqueó el umbral y allí permaneció inmóvil como un perdiguero que ha descubierto una codorniz. Sus ojos se fijaron en Delia con una expresión que su mujer no pudo interpretar, pero que la aterró. No era de enojo ni de sorpresa ni de desaprobación ni de horror ni de ningún otro sentimiento para los que que ella hubiera estado preparada. Él la miraba simplemente, con fijeza, con una expresión extraña.
Delia se levantó nerviosamente y se acercó a él.

-Jim, querido -exclamó- no me mires así. Me corté el pelo y lo vendí porque no podía pasar la Navidad sin hacerte un regalo. Crecerá de nuevo ¿no te importa, verdad? No podía dejar de hacerlo. Mi pelo crece rápidamente. Dime "Feliz Navidad" y seamos felices. ¡No te imaginas qué regalo, qué regalo tan lindo te tengo!
-¿Te cortaste el pelo? -preguntó Jim, con gran trabajo, como si no pudiera darse cuenta de un hecho tan evidente aunque hiciera un enorme esfuerzo mental.
-Me lo corté y lo vendí -dijo Delia-. De todos modos te gusto lo mismo, ¿no es cierto? Sigo siendo la misma aún sin mi pelo, ¿no es así?
Jim pasó su mirada por la habitación con curiosidad.
-¿Dices que tu pelo ha desaparecido? -dijo con aire casi idiota.
-No pierdas el tiempo buscándolo -dijo Delia-. Lo vendí, ya te lo dije, lo vendí, eso es todo. Es Nochebuena, muchacho. Lo hice por ti, perdóname. Quizás alguien podría haber contado mi pelo, uno por uno -continuó con una súbita y seria dulzura-, pero nadie podría haber contado mi amor por ti. ¿Pongo la carne al fuego? -preguntó.

Pasada la primera sorpresa, Jim pareció despertar rápidamente. Abrazó a Delia. Durante diez segundos miremos con discreción en otra dirección, hacia algún objeto sin importancia. Ocho dólares a la semana o un millón en un año, ¿cuál es la diferencia? Un matemático o algún hombre sabio podrían darnos una respuesta equivocada. Los Reyes Magos trajeron al Niño regalos de gran valor, pero aquél no estaba entre ellos. Este oscuro acertijo será explicado más adelante.
Jim sacó un paquete del bolsillo de su abrigo y lo puso sobre la mesa.

-No te equivoques conmigo, Delia -dijo-. Ningún corte de pelo, o su lavado o un peinado especial, harían que yo quisiera menos a mi mujercita. Pero si abres ese paquete verás por qué me has provocado tal desconcierto en un primer momento.

Los blancos y ágiles dedos de Delia retiraron el papel y la cinta. Y entonces se escuchó un jubiloso grito de éxtasis; y después, ¡ay!, un rápido y femenino cambio hacia un histérico raudal de lágrimas y de gemidos, lo que requirió el inmediato despliegue de todos los poderes de consuelo del señor del departamento.
Porque allí estaban las peinetas -el juego completo de peinetas, una al lado de otra- que Delia había estado admirando durante mucho tiempo en una vitrina de Broadway. Eran unas peinetas muy hermosas, de carey auténtico, con sus bordes adornados con joyas y justamente del color para lucir en la bella cabellera ahora desaparecida. Eran peinetas muy caras, ella lo sabía, y su corazón simplemente había suspirado por ellas y las había anhelado sin la menor esperanza de poseerlas algún día. Y ahora eran suyas, pero las trenzas destinadas a ser adornadas con esos codiciados adornos habían desaparecido.
Pero Delia las oprimió contra su pecho y, finalmente, fue capaz de mirarlas con ojos húmedos y con una débil sonrisa, y dijo:

-¡Mi pelo crecerá muy rápido, Jim!
Y enseguida dio un salto como un gatito chamuscado y gritó:
-¡Oh, oh!
Jim no había visto aún su hermoso regalo. Delia lo mostró con vehemencia en la abierta palma de su mano. El precioso y opaco metal pareció brillar con la luz del brillante y ardiente espíritu de Delia.
-¿Verdad que es maravillosa, Jim? Recorrí la ciudad entera para encontrarla. Ahora podrás mirar la hora cien veces al día si se te antoja. Dame tu reloj. Quiero ver cómo se ve con ella puesta.
En vez de obedecer, Jim se dejo caer en el sofá, cruzó sus manos debajo de su nuca y sonrió.
-Delia -le dijo- olvidémonos de nuestros regalos de Navidad por ahora. Son demasiado hermosos para usarlos en este momento. Vendí mi reloj para comprarte las peinetas. Y ahora pon la carne al fuego.

Los Reyes Magos, como ustedes seguramente saben, eran muy sabios -maravillosamente sabios- y llevaron regalos al Niño en el Pesebre. Ellos fueron los que inventaron los regalos de Navidad. Como eran sabios, no hay duda que también sus regalos lo eran, con la ventaja suplementaria, además, de poder ser cambiados en caso de estar repetidos. Y aquí les he contado, en forma muy torpe, la sencilla historia de dos jóvenes atolondrados que vivían en un departamento y que insensatamente sacrificaron el uno al otro los más ricos tesoros que tenían en su casa. Pero, para terminar, digamos a los sabios de hoy en día que, de todos los que hacen regalos, ellos fueron los más sabios. De todos los que dan y reciben regalos, los más sabios son los seres como Jim y Delia. Ellos son los verdaderos Reyes Magos.

FIN

12 de mayo de 2010


Hay que remontarse a los principios del siglo XIX, concretamente al año 1816, para encontrar las primeras imágenes fotográficas, aunque la fotografía más antigua que se conserva es una imagen conocida como Vista desde la ventana en Le Gras (La cour du domaine du Gras) , obtenida en 1826 por Joseph Nicéphore, un químico francés, litógrafo y científico aficionado. Para obtener dicha imagen Nicéphore precisó de una cámara oscura y un soporte sensibilizado mediante una emulsión química de sales de plata. Para obtener la imagen se necesitó ocho horas de exposición a plena luz solar.
Durante años esta primera fotografía permaneció en el olvido, hasta que a mediados del siglo XX Helmut Gernsheim la compró y Kodak realizó una copia. Desde 1973 los derechos pertenecen a la Universidad de Texas y en la actualidad se exhibe en el Harry Ransom Humanities Research Center, situado en la ciudad estadounidense de Austin.


10 de mayo de 2010

En el limite del amor


The edge of love
Director: John Maybury
Intérpretes: Keira Knightley, Sienna Miller, Matthew Rhys
País: Reino Unido
Año: 2008.
Duración: 110 min.
Género: Melodrama
Guión: Sharman Macdonald
Fotografía: Jonathan Freeman
Música: Angelo Badalamenti

'En el límite del amor' es una historia sobre dos mujeres poco convencionales y combativas que mantienen una relación con el carismático poeta galés, Dylan Thomas, que ama a las dos. Vera Phillips y Dylan Thomas, pareja en la adolescencia, se reencuentran diez años después en Londres durante la II Guerra Mundial. Ella es cantante y él escribe propaganda en un intento de ayudar al país. La magia renace entre los dos, pero Dylan ya está casado con la alegre y aventurera Caitlin."

Con un característico aire inglés se presenta “En el limite del amor”. Una película hecha a medida para su actriz protagonista, Keira Knightley, a la que ya hemos visto interpretar este personaje en otras ocasiones, como por ejemplo en “Expiación”. Aunque Keira está muy correcta en todo momento es su compañera Sienna Miller quien se lleva el gato al agua; su interpretación es superior al la del resto del reparto.


El guión, realizado por Sharman Macdonald, madre de Keira Knightley, cojea en muchos aspectos. Hay momentos, pretendidamente intensos, que no consiguen conmover y que directamente te dejan indiferente. Un claro fallo de guión, ya que los personajes son mostrados de forma ambigua. Por este motivo mucha de las escenas que desfilan por la pantalla son confusas, consiguiendo el efecto contrario al deseado, ya que no llegas a conectar con los personajes y sus sentimientos, ni te preocupa involucrarte en la historia que te están narrando. Un ejemplo de esto es la relación de Vera y su marido, un Cillian Murphy bastante desaprovechado, que en la película tiene el difícil papel de encarnar a un hombre transformado por el horror de la guerra y los celos.


La película tiene todos los elementos necesarios para ser buena; buenas interpretaciones, una historia interesante, una buena fotografía, (esos colores plomizos e intensos de Escocia), una banda sonora excelente, pero se queda en el intento, le falta chispa y un poco de esa pasión que supuestamente destilan sus personajes, atormentados por los celos, la guerra, el alcohol y el deseo. Pero es que todo es tan contenido, tan prudente que no traspasa, que no llega. Le falta energía, locura; esa que estoy segura derramaban Dylan Thomas y sus mujeres. Aquí todo esto se intuye tras un velo, una autocensura incomprensible. Y hay material, porque hay momentos en que todo esto se refleja, pero son momentos escasos, muy fugaces. Esos momentos por los que vale la pena ver “En el limite del amor”, momentos de evasión en los que con el acompañamiento de los poemas de Dylan Thomas paseamos por una playa fría y desierta; o aquellos de dolor que se asoman a los ojos de una mujer derrotada por las circunstancias.



De los suspiros algo nace
que no es la pena, porque la he abatido
antes de la agonía; el espíritu crece
olvida y llora:
algo nace, se prueba y sabe bueno,
todo no podía ser desilusión:
tiene que haber, Dios sea loado, una certeza,
si no de bien amar, al menos de no amar,
y esto es verdadero luego de la derrota permanente.

Después de esa lucha que los más débiles conocen.
hay algo más que muerte;
olvida los grandes sufrimientos o seca las heridas,
él sufrirá por mucho tiempo
porque no se arrepiente de abandonar una mujer que espera
por su soldado sucio con saliva de palabras
que derraman una sangre tan ácida.

Si eso bastase, bastaría para calmar el sufrimiento,
arrepentirse cuando se ha consumido
el gozo que en el sol me hizo feliz,
qué feliz fui mientras duró el gozar,
si bastara la vaguedad y las mentiras dulces fueran suficiente,
las frases huecas podrían soportar todo el sufrimiento
y curarme de males.

Si eso bastase: hueso, sangre y nervio,
la mente retorcida, el lomo claramente formado,
que busca a tientas la sustancia bajo el plato del perro,
el hombre debería curarse de su mal.
Pues todo lo que existe para dar yo lo ofrezco:
unas migas, un granero y un cabestro.

Dylan Thomas

9 de mayo de 2010

Jon Mclaughlin



Este guaperas de veintisiete años es cantautor y pianista; empezó a tocar el piano muy pequeño aunque no le gustaban nada las lecciones y trataba de evitarlas. Pero un accidente en el instituto, en que se rompió las dos muñecas, le impulsó a seguir con la música, pues durante el tiempo que pasó sin poder tocar descubrió su pasión por ella.
Empezó a sonar fuerte en el 2007, después de años de vagar por todos los festivales de música de EEUU. Fue en ese año cuando fichó por Island Record y sus canciones empezaron a promocionarse en la televisión. Sus canciones aparecieron en las series “Scrubs” y “Entre fantasmas”. Del mismo modo sus canciones también han sido incluidas en las bandas sonoras de películas como “Un puente hacia Terabithia”, “Georgia Rule” y “Encantada” donde interpretaba “So close”, canción que fue nominada al Oscar.
Su último disco salió en 2008 y lleva por título “Ok Now”.



MusicPlaylist


8 de mayo de 2010


Durante décadas fue el programa de la televisión española por excelencia. Creado por Narciso Ibañez Serrador, “Chicho”, en 1972 se convirtió en uno de los programas de entretenimiento más seguidos por los espectadores de la época, llegando a reunir a más de 20 millones frente a las pantallas. La mecánica del concurso era sencilla; se dividía en tres partes diferentes: preguntas y respuestas, habilidad física, y carácter psicológico. Justamente el nombre del concurso hacía referencia a esas tres partes tan diferenciadas.
En la primera parte tres parejas debían responder alternativamente durante un tiempo cronometrado a una tanda de preguntas; la pareja que acumulaba más dinero de las tres en el marcador obtenía el privilegio de regresar al siguiente programa. La segunda parte era la eliminatoria, en la que las dos parejas restantes se disputaban el acceso a la tercera parte, la subasta. Las pruebas a las que se enfrentaban en esta eliminatoria eran físicas o de habilidad, pero siempre divertidas. La tercera parte era la subasta, relacionada con un tema especifico, y en donde iban pasando por la mesa del plató distintos objetos que ocultaban regalos.
Desde el 24 de abril de 1972 hasta el 11 de junio de 2004 se hicieron diez ediciones del concurso, la última de todas después de diez años de ausencia y con significativos cambios. El programa pasó a llamarse “Un, dos, tres…A leer esta vez” con el objetivo de fomentar la lectura entre los más jóvenes.

Y si algo falla, el responsable es...

Narciso Ibañez Serrador ya había disfrutado de las mieles del éxito cuando TVE le propuso realizar un concurso. “Chicho” había recibido varias veces el premio 'Ondas', la Medalla de Oro del Círculo de Bellas Artes, dos Ninfas de Oro en Montecarlo, la Rosa de Oro en Montreux, dos Pragas de Oro e incluso premios cinematográficos en los prestigiosos festivales de Taormina y Avoriaz, por lo que su padre, Narciso Ibañez Menta, le recomendó que se olvidara del tema y siguiera con sus “Historias para no dormir”, ya que pensaba que aceptar tal encargo podría hacerle perder el prestigio que había alcanzado hasta aquel momento. Aunque Chicho sentía verdadera veneración por su padre y solía seguir sus consejos, afortunadamente siguió su intuición y empezó a diseñar el concurso que le habían encargado. Por aquello de que su padre no se enterara de que finalmente había aceptado dirigir un concurso, en los primeros programas su nombre no apareció en los rótulos de la cabecera; sin embargo, el éxito fue tan inmediato que el crítico televisivo de ABC, Enrique del Corral, exigió que el verdadero responsable de aquel programa diera la cara. Desde entonces, las palabras “Narciso Ibáñez Serrador” han aparecido en grandes letras en la cabecera del concurso a lo largo de toda su historia.

En la parte positiva...


A lo largo de los treinta y dos años que el programa estuvo en antena, seis fueron sus presentadores en distintas etapas del mismo. Yo recuerdo especialmente a Mayra, a Jordi y Miriam, porque coincidieron justo en la época de mi niñez, y forman parte de esos recuerdos especiales que guardo con gran cariño. Por eso cuando me enteré del cáncer de lengua que había padecido Mayra a principios del año pasado lo sentí mucho; afortunadamente, y a pesar de lo que dijeron los médicos, su voz tan bien modulada diciendo eso de “y hasta aquí puedo leer” no se ha silenciado gracias a su lucha y a su actitud positiva.
Desgraciadamente la semana pasada la noticia del fallecimiento de Jordi Estadella nos sorprendía a todos. No sabía que estuviera enfermo así que la noticia de su muerte me pilló desprevenida. Curiosamente, al igual que con Mayra, tengo un recuerdo especial de su voz; esa voz curtida en la radio. Jordi fue locutor, presentador y actor de doblaje; puso la voz a personajes como Groucho Marx, Jerry Lewis y Luc Durand («Inspector Gadget»).

Descanse en paz.


Las azafatas o secretarias, con sus gafas enormes y sus minifaldas, eran unos de los principales atractivos del programa. Además de presentar a los concursantes debían cantar y bailar. Muchas de aquellas chicas saltaron a la fama. Entre las que triunfaron podemos citar a Victoria Abril, Silvia Marsó, Lydia Bosch, Kim Manning, Paula Vazquez o Nina, entre otras.


Pero si hay un elemento que no podemos olvidar ese son las “mascotas”. La calabaza Ruperta, la bota Botilde, el Chollo y el Antichollo y el Boom y el Crack.









Otro elemento importante fueron los cómicos, actores de la talla de Valentín Tornos que dio vida a “Don Cicuta” en la primera etapa, Pedro Sempson (El profesor Lápiz), Juan Tamariz, José Carabias, Bigote Arrocet, las hermanas Hurtado, Martes y Trece, Raúl Sender, Arevalo, Freda Lorente, Beatriz Carvajal, Antonio Ozores, el dúo Sacapuntas, Ángel Garó o Rosario Pardo, en su última etapa, pasaron por el programa.

En la parte negativa...



Don Cicuta fue uno de los personajes más entrañables del Un, dos, tres. A pesar de su peculiar apariencia, levita de enterrador del siglo XIX, sombrero alto y barba larga, y de su carácter cascarrabias y pedante, el personaje de Don Cicuta fue toda una revelación. Don Cicuta procedía de un pueblo imaginario de la España rural, llamado Tacañón del Todo, cuyos habitantes permanecían anclados a las costumbres, principios y estética del siglo XIX. Don Cicuta era su principal representante y actuaba como valedor de los valores de la España más oscura frente al "libertinaje" imperante en la televisión del momento. Su misión era velar para que no se sobrepasasen en el programa los límites de la decencia, la austeridad y el buen gusto.
Valentín Tornos fue el encargado de dar vida a Don Cicuta. Aunque Valentín tenía una larga y consagrada carrera como actor de teatro, fue gracias al programa y sobre todo a “Don Cicuta” que saltó a la fama. Una fama que le llegó justo al final de su carrera.



Las Tacañonas sustituyeron a los Tacañones en la tercera etapa. Las tacañonas venían del pueblo Tacañón del Todo y eran las nietas de Don Cicuta. Las hermanas Hurtado fueron las encargadas de darles vida durante doce años, concretamente desde 1982 hasta 1994.
En la última etapa del programa la parte negativa corrió a cargo de unos bomberos, inspirados en la novela «Fahrenheit 451» de Ray Bradbury.


Números musicales...


Si hay algo que recuerdo especialmente son los números musicales, me encantaban. Quizás porque cada programa estaban dedicados a algo diferente; algunas veces al circo, otras al Imperio Romano, otras a la navidad, a Julio Verne, a los piratas o a las mil y una noches. El colorido de los decorados, los bailes, el vestuario…no me extraña que me quedara embobada viendo la tele. Hoy mi memoria me falla, han pasado muchos años y yo era una niña, pero gracias a youtube y a los nostálgicos muchos de los videos de aquellas actuaciones han sido colgados en la Red para el disfrute de todos. Yo me quedo con este, del programa dedicado a New York, aunque hay muchos y todos me gustan…



Y llegamos al final. Espero que si has conseguido llegar hasta aquí hayas disfrutado de esta entrada. Hay mucha información del concurso en Internet, y he intentado resumir todo lo que he podido, procurando no dejar nada importante en el tintero. Supongo que tú también tendrás tus propios recuerdos de este programa que se autocalificaba alegre y que nos pedía dejar nuestro malhumor para transformar en un juguete nuestro televisor. Ese concurso que durante años fue el más entretenido de la televisión y que era para toda la familia. Un programa que tenía la virtud de hacernos olvidar por unos instantes los problemas y que con tanta facilidad nos hacía soñar. Tal vez el tiempo pasado ha conseguido sobrevalorar lo que fue y significó para mí este programa. Si soy sincera casi no recuerdo nada, pero lo que si tengo presente es la sensación que sentía viéndolo; era de felicidad, de relajación plena. Y es que la tele ha cambiado mucho, muy pocos programas se hacen hoy en día para entretener como lo hacía Un, dos, tres. Por eso el último intento de traerlo de nuevo a la tele fracasó. El tiempo no pasa el balde, y muchas de las cosas que funcionaban a finales de los ochenta y principios de los noventa estaban más que obsoletas en el 2004; la gente demandaba otras cosas y un programa de estas características no tenía cabida en una televisión sometida por el morbo y la tontería. Fracasó, y además de una forma absoluta, y yo lo sentí mucho a pesar de la mezcla de emociones que experimenté en aquel lejano 2004. Pero a pesar de eso nada ha empeñado el recuerdo grato que guardo de este concurso, que es más que eso. El Un, dos, tres, siempre será para mi aquella fuente de risas, de sueños y de alegrías de mi infancia.



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